El control de las migraciones europeas a la América colonial.

mig ingl

Sin duda, España fue una de las naciones más restrictivas en cuanto a permitir el movimiento de sus súbditos de la península hacia las Indias, esto debido al recelo existente para permitir la presencia de pueblos herejes como los judíos, los musulmanes o los gitanos, pero esto no evito la existencia de grandes redes de corrupción capaces de falsificar documentos o sobornar a los capitanes para que abordase quien fuese el mejor postor y que aprovechaban las oportunidades ofrecidas por la gran mortandad entre la tripulación por los efectos de las enfermedades. En los primeros años de la presencia española, se llegó a plantear la posibilidad de fomentar la migración de los estratos pobres de la península como los agricultores y artesanos como una forma de consolidar la colonización dándoles transporte gratuito, pero la corona desecha la idea al considerar inaceptable la formación de una “servidumbre blanca” ante una mayoría de “indios libres” protegidos por la ley.

Otro problema creciente fue el de la emigración femenina para poder mantener a españoles e indígenas separados, durante buena parte del siglo XVI se dan facilidades para que las esposas pudiesen alcanzar a sus esposos en ultramar, pero muchas veces ellas se perdían en las ciudades o simplemente los abandonaban para rehacer sus vidas, por lo que Felipe II suspende en 1575 estos viajes ante las quejas en Perú de la presencia de españolas solteras que afectaban la moralidad pública y la estabilidad familiar. En este mismo siglo, Castilla experimenta un crecimiento poblacional que hizo que grandes masas migrasen a las ciudades, pero desde un principio la corona puso barreras administrativas para evitar su instalación en puertos como Sevilla y de ahí se sirviesen para irse a América, aunque cabe decir que el viaje trasatlántico no era algo que cualquiera pudiese cubrir. Para 1580, el viaje costaba mínimo veinte ducados para los adultos, a esto se les sumaban entre 10 o 20 ducados para poder cubrir sus víveres, por lo que si una persona quería realizar el viaje debían de hacer un verdadero esfuerzo de ahorro, vender todas sus propiedades o recibir el apoyo económico de parientes instalados en las Indias.

Los números que nos llegan de las migraciones de la península hacia las Indias para el siglo XVI tenemos que debieron trasladarse entre 200 y 250 mil españoles, de los cuales el 36% se dirigió al Perú, seguido por la Nueva España a donde llegaron el 33%, la Nueva Granada se quedó con el 9%, América Central con el 8%, Cuba el 5% y finalmente Chile con el 4%. Durante los primeros años se caracterizó por una abrumadora mayoría masculina quienes llegaban a América, por lo que la corona empieza a impulsar la llegada de familias enteras para instalarse en las nuevas fundaciones, de las cuales poco más del 60% eran andaluces, aumentando un poco la población femenina, pero sin representar grandes números al solo llegar a un tercio del total de la población española. Pero el principal disuasor para frenar la migración masiva de españoles era la poca demanda existente para el trabajo de las clases bajas, ya que la principal fuerza de trabajo de los virreinatos recaía tanto en los indígenas como en los esclavos africanos, sobre todo los artesanos españoles estaban superados por la gran habilidad de los indígenas para aprender las técnicas europeas, por lo que era muy común que en las ciudades existiese una masa de peninsulares que vivían en la mendicidad, por lo que la única razón viable para viajar a las Indias era solamente perteneciendo al cuerpo de funcionarios de la corona o de la Iglesia para costear el viaje.

El caso contrario se presentaba con las colonias inglesas en la Costa Este, donde debido a la poca población indígena había una gran necesidad de llevar migrantes para mantener los establecimientos, sumado a que las islas británicas pasaban por un problema de sobrepoblación, mientras Castilla con sus 378 kilómetros cuadrados pasó por un periodo de malas cosechas y plagas que descendieron su población de 6.5 millones a 6 millones a finales de siglo XVI, Inglaterra tenía un tamaño de 130.4 kilómetros cuadrados para una población de 4 millones. En un inicio, ante la falta de oportunidades que ofrecían las colonias para las grandes masas, prefirieron mejor irse a Irlanda la cual llego a albergar a un flujo de 20,000 personas provenientes tanto de Inglaterra, Gales y Escocia durante las 7 décadas del siglo, por lo que las compañías colonizadoras iniciaron una campaña para promover el establecimiento en América, llegando a pagarles un “Estimulo para las colonias” para alentarlos a realizar el viaje. El gobierno empezó una campaña mercadológica para impulsar la migración a Nueva Inglaterra, la cual tuvo un éxito moderado, pero lo que realmente tuvo un impacto positivo fueron los mismos colonos quienes impulsaron a sus familias a alcanzarlos en el Nuevo Mundo, sobre todo la abundancia de tierras daría pie a que se trasladasen las grandes comunidades religiosas que se veían oprimidas por el gobierno británico.

Para 1630, cerca de 69,000 británicos habían llegado a las colonias americanas, de los cuales 21 mil se asentaron en Nueva Inglaterra y entre un 20 y 25% de ellos eran servidumbre, si bien los costes del viaje eran los mismos que el de los españoles, las compañías colonizadoras hacían lo posible por financiar parte del viaje y con ello alentaban a la población pobre a asentarse en América, ya sea otorgándoles 40 hectáreas de tierras a cada colono como en Virginia, contratos de trabajo por 4 o 5 años en los casos de Chesapeake y el Caribe con posibilidad de terminar su compromiso antes para vivir ahí. A diferencia del caso español, la población inglesa era mucho más equilibrada al mantener a un 60% de hombres y a un 40% de mujeres, por lo que podían sustentar el crecimiento de la población y estaba continuamente alimentada por la llegada de nuevos migrantes, pero provocando una mayor cantidad de hombres solteros. Mientras en las regiones cálidas como Virginia o Maryland tenían una alta mortandad del 40% debido a las enfermedades tropicales, por lo que la colonia que tenía mejores niveles de vida fue Nueva Inglaterra, esto hizo que en el siglo XVII llegasen un total de 530,000 migrantes, cuatro veces mayor que los españoles en el siglo pasado.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: John Elliot. Imperios del Mundo Atlántico. España y Gran Bretaña en América (1492-1830).

Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794

Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737

Imagen:

Izquierda: Mapa con las rutas de navegación hacia los puertos americanos.

Derecha: J. Carwitham. Vista hacia al sureste de la ciudad de Boston, 1730.

mig ingl 1

Recomendar0 recomendaciones

Publicaciones relacionadas

0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios

¡Descubre los increíbles beneficios de esta valiosa comunidad!

Lector

Escritor

Anunciante