Visita inoportuna
Esta visita inoportuna, molesta, que te deja sin aire en los pulmones de a ratos y qué se ha llevado a tanta gente amada. Sobreviví al segundo round, con un poco de secuelas todavía, pero viva. Te aísla de tu mundo exterior, pero te conecta cómo nunca, con el interior y ahí estás jodidamente feliz o perdida. Entre todos los síntomas, fiebre, tos, falta de aire, está lo peor… Tu cabeza. Esa que no deja de jugar al tetris, mientras no sabes si vas a salir ileso, de este invitado maligno qué solo vino a suspender tu existencia unos días. Y ahí estás, el mundo sigue… ojo no?? Pero sabés que en esos momentos, las únicas personas que van a estar son las que valen la puta pena. Y agradeces, porque en esa soledad de la cama llena de fármacos y pañuelos te hacen compañía, ya sea por llamadas o mensajes. Pero también están esos individuos que NO ESTÁN. Y duele no?? Obvio. Pero sirve, y vaya que si! Depuramos el cuerpo de este inmundo virus y quitamos a la gente qué no suma en nuestra existencia. Dos por uno señores!
Pero aparte de este análisis, también está ese minucioso y doloroso. El de uno mismo, verse en el espejo interno y saber que te tenés solo a vos para enfrentar una letal enfermedad, el interrogante es… Y estabas lista? Te cuidaste, te mimaste lo suficiente como para afrontar esto?? Y lo más triste es que NO. Y tuvo qué llegar por segunda vez el puto covid a decirte, che! Querete un poco más y cuidate porque mi reina, ud se tiene a si misma y a nadie más!
El amor propio es tan importante cultivarlo día a día, y es la mayor enseñanza que me puedo llevar después de estos días de tortura. Ojo! No dejo de agradecer a cada uno que estuvo ahí. Pero primero, debo estar yo conmigo misma. Apuntado y grabado a fuego!
