Vaga… ¿Y qué?


Muchas veces las personas que escribimos nos cohibimos de decir que lo hacemos, porque no está bien visto. De hecho, es increíble darse cuenta de que aun en el siglo XXI con la era de la inteligencia artificial y todo eso, asocien ser escritor con la palabra “vago”.
¿A caso saben de las veces que nos explotamos el cerebro organizando ideas? ¿Las noches en vela desarrollando un personaje, una escena, un capítulo? ¿Tienen conocimiento de todo lo que está detrás a la hora de que un lector tenga una historia en sus manos?
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IrSi por eso soy vaga, entonces bienvenido sea… “SOY VAGA”.
Pero esta vaga, disfruta de lo que hace. Lo más reconfortante para mí, son los comentarios de mis lectores. La manera en la cual mi corazón se agita, cuando uno de ellos me contacta por las redes sociales para decirme que les gustó mi historia o simplemente para saludarme. Definitivamente, eso no tiene precio.
Cuando me preguntan por qué dejé mi carrera a un lado, dedicarme a escribir. Es muy sencillo, todo comenzó por algo llamado ansiedad. Estaba lejos de mi país, me había quedado sin trabajo, y para guinda del pastel estaba con el estatus de inmigrante. Todo fue un tanto complicado, por no decir que fueron días duros. Por tanto, tenía que drenar todos esos sentimientos, y se me ocurrió hacerlo a través de una aplicación literaria.
Es ahí cuando nacen las historias como El Error perfecto, y Blackgold. Luego de eso, vino la dichosa la pandemia que nos arrastró a todos. Le hizo dar un giro de ciento ochenta grados a mi terapia, convirtiéndola en mi prioridad y mi fuente de ingreso.
Con toda estas breves líneas de cómo llegué hasta aquí, son para darte ánimos y decirte que: cuando haces lo que te apasiona, y de paso generas tu sustento, no importa mucho lo que piensen o digan los demás.
Simplemente: ¡Lucha por lo que quieres!
Nos vemos pronto en otro post…
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