Tú, no entiendes

Ella con los ojos muy abierto, mira mi rostro.

—¿Qué vas a hacer?— fue su pregunta.

Yo con paso firme y la boca apretada me dirijo a ella. Mis ojos relampagueaba fuego encendido al mirarme en eso ojos bellos. Mis puños fuertemente apretados a los lados dan la impresión de un toro cuando va a embestir.

Levanto mi mano, y la tomo con firmeza para plantarle beso en su boca tembloroso y cálida.

—Tú ¿no entiendes?— respiro de manera angustiosa —. Que tus ojos son mi mirar, y que solo a través ellos puedo, ver el mundo pasar.

—Tú ¿no entiendes?— me ahogo con mi propio resuello— Que tu boca es fuente de agua y que en ellos mi sed puedo calmar.

—Tú ¿no entiendes?— beso con suavidad aquella mejilla bañada por el llanto de angustia y desesperación—. Que mi pensamiento solo está inundado de tu imagen y de tu amor.

—Tú ¿no entiendes? Que tu corazón es muy importante para mí porque él es mi hogar. Que tu cuerpo es mi mar, para encontrar la verdadera pasión y en ella poder naufragar

—Entiendes, Que si tu no estas, mi amor, yo puedo fallar.

—Te amo, ahora ¿me entiendes?

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