¿Quién mató a Firulais?  CAPITULO 2: Las mascotas.

Solo faltan dos días para halloween, mi hermanita a un no quiere comer por lo que le paso a Firulais, mamá a intentado de todo, hasta le dijo que seguramente ese no era Firualis y que pronto lo veríamos entrar por la puerta como siempre, saltando y corriendo por toda la casa.

Es algo lógica su depresión, solo tiene siete años y Firualis era su perro, si, a mi me tenia cariño y yo jugaba con el cada vez que Trisha no estaba pero, al final de todo, seguía siendo su perro, llego justo unos días después de que Trisha nació. Claro que yo lo tenía que cuidar, alimentar, bañar, jugar, y sacarlo a pasear, porque aunque era un regalo para Trisha ella era muy pequeña para poder hacer todo eso. ¿Qué, que siento? Nada, no siento nada, es como si Firualis.. como si nunca hubiera encontrado su cuerpo en el patio.

Todos apreciaban a Firualis era como la mascota del pueblo, todos tenían mascotas, Filip tiene peces dorados y un mini tiburón, Marta tiene dos gatos egipcios, Rodrigo tiene cuatro ratones más una iguana, aunque aun nadie sabe si los ratones son o no la comida de la iguana, Raven es inseparable de su hurón llamado Pancho y así. Pero nadie como Firualis, todos podrán tener mascotas pero Firulais era LA Mascota, todos lo adoran, oh bueno, lo adoraban. No importa si estuvieras con tu pez, hámster o gallo, saldrías corriendo a jugar o acariciar a Firulais ¡Era casi una ley!

Aun teníamos el pequeño disfraz que le pertenecía a Firulais, pues a mamá le consto mucho hacerlo, era de un dragón, con escamas brillantes, verdes y moradas, todo a pedido de mi hermana claro, ya que ella seria la princesa, se preguntaran ¿Y el caballero de reluciente armadura donde esta? O ¿Y el príncipe azul? Pues adivinen.

Y ahí estaba ella, con el disfraz de dragón entre brazos apretándolo a su pecho, mirando al patio a través de la ventana, su vista estaba fija en donde habíamos encontrado a Firulais, o a lo que quedo de él, desde lo que paso además de no comer, casi no decía nada solo lo justo y necesario, algo totalmente extraño en ella, pues es de esas niñas interactivas que siempre tienen algo que decir y hacer.

No soportaba verla así, ¿quién lo haría? Mamá tampoco podía, intentaba hablar con ella pero solo recibía respuestas monótonas o silencio, tenía que irme de ahí, pero antes escuche como susurraban “Tenemos que saber que paso”, primero pensé que solo lo había imaginado pues sucedía mucho últimamente, pero luego me di cuenta de que provenía de mi hermana, que aun miraba por la ventana, y sabía que iba dirigido a mi pues mama ya no estaba en la habitación y dudaba que fuera una coincidencia, ya que últimamente mamá siempre estaba con ella, al parecer no quería dejarla sola. Si antes quería una respuesta diferente a sí y no, esa era una, pero nunca me imagine todo lo que vendría después.

Ella solo era una niña buscando respuestas, y yo iba a dárselas.

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