Propósito… ¿Ya sabes cuál es el tuyo?

¿Cuántos de mis lectores tienen LinkedIn? ¿Alguna vez les pasó de quedarse sin trabajo y empezar un búsqueda interminable, casi tortuosa? Esa es mi situación actual.

Soy traductora de inglés y copyeditor. Me dedico a esto hace dos años y las cuestiones laborales nunca fueron un tema de preocupación en mi vida. Anteriormente, hice de todo un poco. Di clases de inglés, vendía juguetes en Jumbo, iba a la feria a vender ropa, trabajé en un parque acuático (mientras todos se tiraban de esos inmensos toboganes, yo prepara panchos y hamburguesas cual pulpo desacatadp XD). Siempre trabajé, con varias oportunidades para elegir, en fin…lo “normal”. Pero desde julio pasado que esa estabilidad se vió alborotada: me despidieron. Desde ese momento comencé, como el título de la película, una búsqueda implacable. Me topé con varias oportunidades, hasta que di con una que parecía bastante buena: sueldo en dólares, trabajo semanal, dentro de mi horario normal, etc. Resultó ser un fiasco. El trabajo no estaba del todo claro (no coincidían las tareas a realizar con la descripción del empleo), los superiores eran sumamente inflexibles con los errores y esperaban de mí que tape todos los baches que quedaban a la vista. En una oportunidad, hubo un pronóstico extendido de tormenta de nieve para toda la zona donde vivo. Me encargué de avisar a mi project manager y de adelantar trabajo por las dudas. Por suerte, el pronóstico fue fallido y pude trabajar a la semana siguiente, pero no contento con eso mi PM me dice “A menos que haya un terremoto, tú te tienes que conectar igual”. Al igual que en las relaciones amorosas hay red flags, también las hay en las relaciones laborales y esta era una de ellas. 

Luego de ese percance y viendo que la cosa no iba para buen puerto, decidí renunciar. Me trajo mucha culpa hacerlo, pero sabía que era un ambiente en donde no iba a crecer profesionalmente ya que la labor del traductor se reducía a exigencias ridículas y poca consideración por el otro. Desde mediados de septiembre que estoy nuevamente en búsqueda laboral. 

Más colección de “NO” que figuritas del mundial

Y sí… la cantidad de pruebas que realicé y las entrevistas que tuve todas sin una respuesta positiva: que no cumple con los estándares de calidad, que sí nos gusta tu perfil y sí pasaste la prueba pero hay otro candidato mejor, etc, etc. 

Con este panorama, el nivel de frustración empezó a escalar rápido. Veía que no llegaba a juntar un sueldo para pagar las cuentas del mes siguiente y así sucesivamente. Hasta que comencé a preguntarme si este era el camino laboral y profesional que quería seguir. Tomé este tiempo no solo para hundirme en mi charquito de miseria, sino que para conectarme con mi lado más creativo y hacerme ese tipo de preguntas que en algún momento de la vida te llegan: ¿Cuál es mi propósito? 

Busqué, busqué y todavía sigo desarrollando esa respuesta. La verdad que no tengo ni la más pálida idea a qué vine a este mundo. Hoy me encuentro escribiendo este artículo, chequeando la pestaña de LinkedIn y viendo los correos (en su mayoría de promociones, qué molestos pueden ser XD). Lo que sí tengo en claro es que me gusta sentirme útil para los demás. Me gusta inspirar al resto y dar una mano cuando más se necesita. Eso me llena de satisfacción. Sumado a que amo las letras, los mensajes cifrados en distintos idiomas y la habilidad que se necesita para decodificarlos y hacerlos leíbles para otros lectores. Entonces, mientras veo cómo genero dinero, desarrollo la respuesta a esa bendita pregunta que estaba lista para aparecer. 

Por lo pronto esta situación que pensé iba a tener una resolución más rápida se está extendiendo más de la cuenta… aprenderé a desarrollar la paciencia y reinventarme luego de creer firmemente que me iba a dedicar toda la vida a más o menos lo mismo. Tal vez no sea tan asi…

¿Qué hay de ustedes? ¿Saben su propósito? ¿Está relacionado con lo profesional? o ¿Se encuentran en una nebulosa de dudas y expectativas errantes? Los leo.