Por culpa de mi memoria. Capitulo 14

A la mañana siguiente me desperté con la idea de ir a la playa, el niño estaba dormido, así que decidí llamar a mi hermana Francesca para que cuidara al niño mientras yo iba a la playa en búsqueda de carolline. 

Después de unos minutos tocaron a la puerta. 

– Santiago soy yo Fran. 

– Hola , saludé al abrir la puerta. 

– ¿Qué ha pasado es raro que me llames para cuidar el niño. 

– Es una historia difícil de explicar y más ahora, solo cuídalo un rato por favor. 

– Ok respondió y yo me fui. 

Estaba caminando por las calles, mirando todas partes, buscándola, necesitaba encontrar la, sentía que estaba en peligro, lo sentía. Llegue a la playa pero a pesar de quedarme todo el día y parte de la noche ahí nunca apareció ni ella ni el tal Dylan. 

Regrese a la casa y ya el niño estaba dormido. 

– Pensé que no ibas a demorar cuestionó Fran. 

– Necesitaba estar solo, necesitaba encontrarla. 

– ¿A quién? Pregunto ella a medida que levantaba una ceja. 

– A carolline, respondí cómo si ella supiera quien era. 

– ¿Disculpa? Pregunto con tono de confusión. 

– Ven siéntate te contaré. 

Así fue nos sentamos y comencé a contarle todo, ella al igual que yo empezó a sospechar de Dylan y que ella estaba en peligro. Me dijo que se encargaría de cuidar al niño pero que encontrará aquella chica. Se lo agradecí y la abrace, me sentía mal, me sentía perdido. Me sentía igual o peor a como estaba cuando ella mi María falleció. 

– Entiendo que todo esto te pone mal hermano, pero recuerda que María ya no está y aunque carolline se parezca, no es María. No te vayas a confundir por favor y sobretodo no te vayas a enfermar por ello. 

– Lo sé fran, lo sé pero hay algo aquí, señale mi pecho, que me dice que hay algo raro en todo esto. 

– Santiago … 

– Esta bien, no te preocupes tu solo ayúdame con el cuidado del niño que yo sé cuidarme solo. 

– Esta bien, vamos a dormir. 

Nos levantamos del sofá, me bañé y me dirigí a la habitación, no podía dormir a pesar de dar vueltas y vueltas, no podía quitarme ese rostro, esa mirada. Esa voz y no podía confundirla con mi María. Después de varios intentos me dormí. 

A la mañana siguiente hice lo mismo tenía que encontrarla y así me quede todo el día en la playa, esperando que regresara. Más nunca apareció. 

Y así pasaron exactamente tres meses, tres meses donde me levantaba únicamente a irme a la playa, pero ella nunca volvió. Se había ido y yo me sentía muy mal por eso. Después de esos dos meses decidí quedarme ya con Christian pues estaba descuidando lo y se notaba. 

Intentaba ser el mismo padre amoroso de antes, pero no podía, no podía concentrarme en jugar con él, en mi mente solo estaba el recuerdo de ella, de Carolline. Después de cuatro meses esa noche decidí volver a la playa no sé porqué era como si tuviese que estar allí, le pedí el favor a Fran de que se llevará al niño a su casa y así lo hice. 

Estaba solo en la playa, sentado mirando el mar, cuando de repente escuché su voz, pensé que estaba alucinando, pero entonces la divisé, me encontré con su mirada. No podía caminar muy bien, a duras penas podía estar de pie, corrí tras ella y la sostuve 

– Carolline ¿Qué te pasó? 

– Sant… ayu… ayúdame, pronunciaba con dificultad y entonces sus hermosos ojos marrones se cerraron cayendo ella en mis brazos. 

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