Por culpa de mi memoria. Capitulo 12

Al día siguiente me desperté con los mareos más fuertes y con el pensamiento de ir a la playa.

Me levanté como pude, me bañé y me cambié con un shorts color negro y una camisa verde de tirantes. Baje desayuné, esta vez Dylan ya había hecho el desayuno, mire la hora y era más tarde de lo que pensé.

– Buenos días Dylan saludé.

– Buenos días amor respondió dándome un casto beso en la mejilla.

– ¿No trabajarás hoy? Pregunté.

– Hoy es domingo amor.

– Ok respondí cortante.

Iré a la playa, dije después de desayunar y lavar el plato.

– Aún es temprano carolline.

– Quiero ir a la playa, Dylan

– ¿Porqué tanto interés de repente en ir a la playa? Pregunto mientras levantaba la ceja.

– Acaso no puedo ir a la playa a la hora que yo quiera? Respondí molesta.

– No es eso amor, es que tú desde ayer estás rara y podría jurar que aún te sientes mal como para ir a la playa tú sola. Recuerda lo que dice el doctor que te está tratando.

– El doctor o querrás decir el loquero, ese no es ningún doctor, mis recuerdos no llegan Dylan no se si tengo pares, no sé quién soy, no te recuerdo, no sé nada de mí Dylan y ya han pasado 5 jodidos años desde el accidente. ¡Porqué, porqué no recuerdo! Respondí tan alterada que lo último empecé a gritar.

– Carolline, cálmate, no te hace bien coger rabia, te altera más, los recuerdos vendrán en algún momento es que te esfuerzas en recordar y eso te pone peor, deja que los recuerdos lleguen solos. Acarició la mejilla mientras intentaba calmarme.

– ¡Basta! Estoy cansada de esto, estoy cansada de esta mierda de situación. Los recuerdos no llegan, no llegarán. Ni siquiera puedo recordarte, no puedo ni siquiera darte un beso, acercarme a ti, ser tu esposa y se que sufres, no recuerdo ni cuando nos casamos y no hay fotos ni siquiera de la boda. ¿Porqué? Preguntaba Mientras lo empujaba en el pecho.

– ¡Basta ya carolline! Te he dicho que se quemaron las fotos y muchas cosas más en nuestra antigua casa donde fue el incendio.

– No me entiendes, no entiendes nada, porqué mejor no te separas de mi y consigues otra esposa una de verdad, una que te dé todo lo que es una esposa de verdad.

– Lo eres, eres mi esposa carolline eres a quien yo amo. Se fue acercando lentamente a mi, te voy a esperar amor, los recuerdos vendrán y sino te enamorare, te doy tu espacio pero si lo deseas te volveré a enamorar. Decía mientras se iba acercando lentamente a mi.

– Dyl… y no pude pronunciar más palabras porque mis labios fueron capturados con los suyos.

No me moví, no sentí nada y no pude corresponder el beso.

– Lo siento le decía mientras me separaba de él.

– No pasa nada carolline. Respondió mientras se alejaba de mi, quise detenerlo, quise abrazarlo y besarlo pero a quien iba a engañar no sentí nada en ese beso, solo ganas de alejarme y pena por él.

Después de ese suceso no hablamos más, yo esta vez prepare el almuerzo y decidí ir a la playa, el dijo que iría conmigo para evitar accidentes y no le preste atención.

Caminamos hasta la playa ya que estaba cerca de la cabaña. A medida que íbamos llegando a la playa sentí de nuevo esa sensación extraña de aquel día y no entendía porqué.

No supe en qué momento Dylan decidió sostener mi mano, le iba a decir algo pero entonces lo vi, volví a ver esos ojos que quería volver a ver por alguna extraña razón. Y también vi a ese pequeño niño, venían justo a nuestra dirección, sentí el apretón más fuerte de Dylan y me sentí incómoda, quise soltarme pero no me lo permitió.

Ya estábamos más cerca cuando decidí soltarme y bajar a la estatura del niño mientras le hablaba.

– Hola ¿Cómo estás, pequeño? Le preguntaba dulcificado más la voz.

– Mami, grito el niño, yo me estremecí y Dylan carraspeo.

– Disculpa, mi hijo está un poco confundido, respondí aquella voz haciéndome estremecer una vez más.

Lentamente me levanté y conecte de nuevo con esa mirada, esa mirada que me miraba con confusión y un brillo que enmendaba sus ojos al mirarme combinando con el color intenso de sus ojos, eran oscuros pero con ese brillo los hacia ver hermosos. ¡Esperen un momento! ¿Yo estoy diciendo que los ojos del chico misterioso son hermosos? Me cuestionaba cuando escuché de nuevo su voz.