Por culpa de mi memoria 7mo capitulo 

Después de no sé cuántos minutos pude volver a escuchar la voz de mi hijo y la de la señora Andrea, estaba histérica preguntando que había pasado y quién era y solo podía mirarla, no sabía cómo dar la noticia.

– señora Andrea era de la fiscalía, encontraron un ca…

Me interrumpió, la encontraron! La encontraron gritaba emocionada.

No sabía cómo poder seguir diciéndole que no era lo que pensaba.

– escuché señora Andrea yo sé que esto que le diré le será difícil pero tengamos la esperanza de que no sea ella.

– ¿a qué te refieres hijo? Preguntó.

– si hay noticias de Andrea, solo que no cómo quisieramos…

– ya Dios, hijo habla claro, me estás poniendo nerviosa! Exclamó.

– encontraron un cadáver con las características de María, lo solté sin más y pude ver cómo el rostro de la señora Andrea fue perdiendo color y su cuerpo se destabilizo.

Antes de que cayera al suelo, la sostuve, no se desmayó como tal pero si llego a marearse. Era entendible, saber que a unas cuantas horas puedes saber si es o no tu hija la que está muerta y incinerada no es un golpe fácil de aceptar y menos procesar.

Después de ello, tuvimos que salir a reconocerla, yo no podía ir solo ya que un verdadero familiar lo aceptan para el reconocimiento, pero ella sola no podía ir. El niño lo tuvimos que dejar con sus tíos. Quién también se quedaron esperando noticias.

Después de unas horas llegamos a ese frío lugar, estar ahí me escalofrío toda la piel y mi corazón cada vez más aceleraba.

-hola, disculpa nos hicieron una llamada para el reconocimiento de María Gómez.  Le hable a una persona encargada del lugar que estaba ahí.

– si señor. ¿Ustedes son? Preguntó dirigiéndose a nosotros.

-ella es la madre y yo soy su pareja y padre de su hijo. Respondí aún sabiendo que había mentido en eso de pareja, pero realmente lo deseaba, deseaba con todas mis fuerzas que ella no fuera y encontrarla para poder recuperar la de una vez y ser esa familia que nunca debimos dejar.

-entiendo. Respondió, vengan para acá. Señaló llevándonos a una dirección incluso más fría y siniestra que la anterior.

Respire y ya no tenía fuerzas para seguir caminando, a medida que nos acercábamos mis fuerzas se debilitan, mire a la señora Andrea y le sostuve la mano porque los dos necesitábamos ese apoyo.

-hijo no soy capaz, no puedo, me expreso la señora Andrea.

-yo tampoco… Se me cortó las palabras, yo tampoco pero debemos hacerlo, ya verá que no será nuestra niña. Respondí tratando de asegurarme más a mi que a ella.

Por fin llegamos.

La señora destapó un cuerpo y estaba irreconocible, todo su cuerpo o la mayoría quemado.

-escuchen miren yo sé que esto es difícil y el cuerpo está demasiado quemado, pero realmente necesitamos saber si esta es la señora que han estado buscando desde hace meses. ¿Es esta la señora María Gómez? Preguntó.

Qué podíamos decir estábamos petrificados, cómo reconocerla, cómo!?

La miraba y miraba y no era capaz, tenía esperanzas, hasta que un collar, un collar, un collar que yo le regale con la foto de nuestro hijo, me demostró que si era ella, era mi María. Era mi María y todo mi mundo se estaba destrozando. La señora Andrea grito y lloro desconsolada.

-es ella, solo eso pude decir.

-entiendo, lo sentimos mucho, respondió.

Solo la mire no podía articular más palabra, en mi mente solo estaba una cosa “culpa mía” y qué pasó en realidad con nuestra familia, con nuestro amor y sobretodo porqué terminó quemada?

Solo eran preguntas sin una respuesta, solo preguntas que me marcarán todo el tiempo.

Con permiso de la persona encargada, quite su collar y lo guarde como prueba de que si era ella y como un recuerdo felizmente amargo. En el momento que se lo regale le encantó y la vi feliz, pero este mismo me confirmó su muerte y su ausencia para siempre. Tantos sueños, ideas y demás fueron quemadas, fueron rotas porque ya ella no podrá estar con nosotros. 

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