Perdidos Capítulo 3


Lo veo o mejor dicho, lo vi.
Al acercarme lo suficiente a los contenedores, pude presenciar a una figura levantarse rápidamente, como nerviosa y salir corriendo premeditadamente, tal vez temiendo que lo viera.
Pero por su forma de correr, se nota que está herido o le duele algo, por que corre algo cojo del pie derecho.
Automáticamente, en un acto casi autómata, salgo disparada detrás de la figura. No me pregunten el ¿por qué?, porque ni yo lo sé. Sólo corrí detrás de la persona y listo.
Para mi suerte la figura tropezó con un cable en el suelo y cayó estrepitosamente, como efecto de la malvada gravedad. Aproveche para acercarme lo más que pude, al estar a un metro de ella o él, pude distinguir su vestimenta.
Llevaba una sudadera marrón, muy sucia y desgastada, unos shorts de Jean y estaba descalzo.
Lo miré con cara de ¡Qué demonios! Y le hablé.
—¿Me estabas Espiando? ¿Por qué huías?
La figura se dio vuelta y me dejó ver su rostro, es un chico… de piel morena , pero lo que veo no es un lindo rostro de telenovela, el chico tiene el rostro lleno de moretones, su ojo izquierdo esta hinchado y morado.
Un hilo de sangre recorre desde su nariz hasta sus labios, la capucha de la sudadera se le cae y veo sus cabellos castaños, hechos un asco, llenos de tierra, polvo y sangre.
Sus ojos encuentran los míos, los tiene vidriosos, lágrimas quieren salir pero se nota que lucha por mantenerlas adentro, sus iris son claras pero por la oscuridad y lo rojos de sus ojos, no puedo identificar el color exacto.
Esta imagen hace que se me estruje el corazón, y no entiendo muy bien porqué, tal vez porque me trae recuerdos de mi pasado, recuerdos que creí superados, pero al ver este chico todo golpeado, hace que la memoria se me agobie de recuerdos y pensamientos, que no quiero en mi vida.
Su pecho subía y bajaba aceleradamente, el temor plasmado en su expresión.
—Eeeh… aaa…¡Aaaah!— soltó solo balbuceos pero al final soltó ese grito ensordecedor.
Se sujeta el estómago y empieza a retorcerse del dolor. Veo que sufre y me lleno de intranquilidad y desesperación.
¿Qué hago? ¿Debería hacer algo? Es un desconocido pero está agonizando…
《¡Mujer! ¡Muévete! Que se nos muere el muchacho》mi conciencia me da una cachetada de realidad.
—¿Llamo a la policía? ¿una ambulancia?— le pregunto como una boba, como si fuera a negarse.
Pero para mi sorpresa…
—¡Noo! Polic…¡AAAH! ¡NOOO!— me dice entre jadeos y gritos de dolor.
—¿Pero… que? Debemos llevarte a un hospital— le digo desconcertada por su petición.
No me responde solo se sostiene el estómago y aguanta los alaridos de dolor, le debe doler cada vez que intenta respirar.
—¡Voy a llamar a 911!— suelto, mientras marco el número en mi celular y espero el tono.
— ¡¡Noooo!! El hospi…hospital ,No, Casa, ¡¡ahhhh!!,casa— me dice casi suplicando y no sé por que estúpida razón, eso me hace dudar un segundo y por otra muy estúpida razón, al escuchar la contestadora, le cuelgo.
《Últimamente te estas volviendo muy estúpida ¿verdad?》
Todos tenemos momentos en los que nos encontramos en una encrucijada, sin saber que rumbo tomar, que decisión o cual es la mejor opción. Lo gracioso de mi, es que mi vida esta llena de dichas encrucijadas. Y tal vez, solo tal vez, siempre terminó tomando las peores decisiones.
—¡¡Mierda!! ¿Qué quieres que haga? Si no quieres ir al hospital ,ni que llame a la policía— le grito en un momento de pánico, me frustro al ver a la gente sufrir y no poder hacer nada.
Balbucea y no llega a mis oídos lo emitido, me acerco mucho más y me tumbo en el suelo junto a él, para aprovechar y ver que tan grave está. Mis manos flaquean un segundo si acercarse y tocarlo, pero obligó a mis nervios a calmarse.
— ¿Qué dijiste? No te oí, por favor no te mueras ¿Si?— le digo y levanto su sudadera para ver la gravedad de sus heridas, él se incómoda un poco, pero termina cediendo.
Al ver su torso puedo notar que no hay ninguna herida que desprenda sangre, por lo menos no hay hemorragias. Sólo tenía algunos moretones en el abdomen y pecho. Eso es lo que le causaba dolor probablemente.
《¿En serio? Genia ¿Cómo te diste cuenta?》
Mis ojos lo examinan, en cada respiración que intenta hacer, su cuerpo se estremece junto a mi, todo él me hace dudar.
¿Por qué rayos no quiere ir a un hospital? O ¿Qué demonios tiene contra la policía?
Tal vez sea un delincuente o un asesino en serie, un narco, un pederasta, un… un…
¡¡Esperaaaaa!! ¡¡Cálmate!! No seas tan paranoica.
En sus ojos hay emociones encontradas, veo claramente dolor, confusión, ira, súplica…
Siempre he tomado decisiones levemente erróneas o ligeramente malas, y tal vez esta sea una de ellas, pero en la vida todos se equivocan ¿No?
—Esta bien, esta bien; ok… no quieres hospital, ni policía— le digo tratando, no tanto de tranquilizarlo a él, si no convencerme a mi misma
De lo que estoy a punto de hacer.
—Te voy a llevar a mi casa ¿Si?— mierda que voy a hacer— ¿puedes levantarte o caminar?
Lo ayudo a levantarse y lo apoyo en brazos de amigos, como a un amigo ebrio, pero en este caso medio muerto.
Hago un intento sobre humano, inimaginable, estúpidamente absurdo e inesperadamente funcional.
Camino con él en brazos, hasta… ¿adónde diablos lo llevo? Bueno… ya lo resolveré.
Soy estúpida en realidad…