¿PARA EMPRENDER SE NECESITA CREATIVIDAD? El desarrollo de la inventiva en el emprendimiento.
El proceso creativo detrás de la concepción de un invento es intuitivo, pero también debe ser planificado, no celebremos la capacidad de crear sin evaluar la utilidad e innovación.
Inventar algo con valor requiere más que solo ser bueno generando ideas.
Actualmente una de las principales inquietudes sociales es el emprendimiento. Con la pandemia se propició la producción de nuevos sistemas de negocio y se aprovecharon plataformas como Instagram para vender; impulsando el pensamiento creativo en la publicidad, con el uso de reels y tiktok. Sin duda quienes decidieron crear una empresa durante la pandemia tomaron riesgos y aplicaron ideas originales para sobrellevar las condiciones económicas que vivimos.
El emprendimienyo se empata en algunas etapas con el desarrollo de la inventiva (análisis, en este caso de mercado), pero no necesariamente son iguales. El tipo de emprendimiento que atiende al desarrollo de la inventiva, más que hablar sobre algo comercial, involucra revolución y/o cambio, y eso implica mucho más que solo saber vender, hay que innovar.
“Creatividad sin innovación representa una idea más en la cabeza de muchas personas (..). Innovación sin creatividad, es emprender un proyecto con un producto o servicio que no representará gran rivalidad frente a la competencia” (María R. S/F)



La creatividad.
Hay quien dice que la creatividad es una cualidad que se adquiere al nacer, lo cual no es errado porque efectivamente, hay personas que tienen un mayor grado de creatividad desde que nacen; sin embargo, todos los seres humanos tenemos la capacidad de desarrollarla.
El desarrollo de la inventiva, si necesita creatividad, pero también nos da una serie de pasos para crear desde cero, algo innovador. El primero es generar ideas a raíz de elementos existentes que pueden mejorarse, modificarse o cambiar de concepto radicalmente. A lo largo de la historia han surgido personas creativas con ideas revolucionarias para su época, a las que les debemos inventos como la televisión a color (en México González Camarena), la bombilla de luz (Thomas Edison), el teléfono (Alexander Graham Bell), los antibióticos (Louis Pasteur y Robert Koch), por mencionar algunos ejemplos que suelen repetirse al hablar de la invención; los cuales son hoy día una herramienta indispensable en nuestras vidas, y que de no haberse generado quizá estaríamos ante un futuro distinto ¿Cómo serían las bombillas si Edison no hubiera decidido hacerlas? ¿Tendrían otra forma?
Como observación, estos elementos son objetos que tenían un propósito más allá del comercial: resolver una necesidad, problema o cubrir un área de oportunidad. A diferencia del emprendimiento “comercial”: que se repite, no es innovador en su mayoría y es visto como fuente de ingresos; estos objetos nacieron para solucionar y después se distribuyeron obteniendo un recurso económico a cambio. El desarrollo de la inventiva sí tiene un cargo o valor monetario, pero una de sus características primordiales es ser novedoso.
En este seguimiento de pasos para la transformación de las ideas en conceptos reales, el análisis es el parteaguas. Todas las personas, muy independientemente de tener o no la cualidad creativa, deben partir apreciando las necesidades del contexto social, económico y cultural del entorno en el que viven y del área en la que quieren innovar.
Aunque esto no están incluido en el tema como un paso, considero que es imprescindible. Una de las semejanzas entre los procesos creativos y el emprendimiento es que existen demasiadas trabas dentro de ellos. Las ideas van y vienen y muchas veces se parecen, no siempre son funcionales, inteligentes o convenientes para financiar, o simplemente son infravaloradas sin sentido. Es un gran problema, por lo menos en México, porque hay dos escenarios en los que podemos plantarnos: la falta de capital y el constante ajetreo económico en el que vivimos.
Esto es algo que deberíamos considerar al hacer un objeto nuevo, porque estamos hablando de que tiene una función, un propósito y una mejora para la vida de las personas, las cuales deben poder acceder económicamente a él. Si no está en el rango o capacidad de compra de los consumidores; o si en el entorno en el que se va a ofrecer no cuenta con suficiente valoración como para venderlo en el precio estimado; nadie estará dispuesto a adquirirlo por muy útil o innovador que sea, y terminará como siempre en una “fuga de talento”.
“La cifra más reciente respecto a la fuga de cerebros en México es de cerca de 12 millones de mexicanos que viven fuera del territorio nacional, de los cuales el 9%, son talentos altamente calificados y el 85% de ellos se encuentran en Estados Unidos”. (Apolo Revista, 2020)
Ya una vez evaluadas estas condiciones, la generación de ideas exige un análisis de la composición de los inventos: de sus partes, funciones, operaciones, materiales, relaciones, cualidades y estructura. Ahora sí llegó la hora de ver que compone el objeto, cómo funciona, con qué funciona, para que situaciones puede ser útil, etc.
Es en este punto donde la creatividad juega un papel importante, pues tendremos que resolver esto sin un manual, solo basándonos en conocimientos, objetos existentes y recurriendo a nuestra imaginación para poder solucionar las mejoras que se van a implementar, o crear desde cero. Las mujeres también hemos sido parte de la historia con la creación del lavavajillas (Josephine Cochrane), la jeringa hipodérmica (Letitia Geer), tiras reactivas de orina (Helen free) y la primera cafetera (Melitta Bentz). Todas ellas tuvieron que desglosar estos análisis, antes de poder elaborar la creación de algo que lo sustituyera.
En el desarrollo de la inventiva también hay otros pasos, como identificar aquellos la familia de inventos, en el caso de Geer las jeringas más rudimentarias; la función y el propósito del mismo: herramienta para inyectar y no requerir ayuda de un asistente al hacerlo; las partes que lo conforman: aguja, recipiente…; la justificación su existencia: había una necesidad de hacerlo más práctico; y ya por último la evaluación, en donde la innovación nos ayudará a diagnosticar si el objeto es o no lo que esperamos que sea, algo nuevo, o hay algo más que satisfacer para obtener resultados favorables.
Todos estos pasos son importantes pues aseguran el camino hacia la creación de un producto que puede ser valorado como es debido, funcional para quien está dirigido y significar más que un emprendimiento comercial. Ser revolucionario implica pensar en cada detalle y salirse de lo convencional al buscar alternativas, el emprendimiento debería seguir el camino del desarrollo de la inventiva.