Museo 

Un jardín donde la eternidad anida.

Aquí no se conoce lo marchito.

Por eso la hermosura de las rosas decae jamás,

Ni ha de morir la crueldad de sus espinas.

Grandiosa prisión, de la que ni un recuerdo quiere fugarse;

Es donde la presencia y la ausencia de las cosas van de la mano.

Es el cementerio con los inquilinos más festejados,

Por eso ahí el reloj siempre está en feriado, siempre está borracho.

Nación de sueños, sueños que volaron lejos, como del mar se va el agua.

Aunque sus remitidos no encontraron la tierra prometida.

Por eso siempre han de volverse a lo profundo del corazón.

Justo como el agua ha de arrastrarse de vuelta al mar.

Catedral de añejas glorias que tratan de resistirse al tiempo;

Cuales soldados aún se resisten en una guerra que ya terminó.

Frutas que no se cortaron de la rama cansada;

Glorias pasadas, glorias podridas que hoy huelen más a fracaso.

Museo, el templo de la contemplación de lo que no existe;

Donde se dan a luz ansianas nostalgias.

Y la belleza aun a los hijos de la traición bautiza en su bendición.

Aunque también es orfanato de viejas, viejas memorias.

Museo, la capilla de tu olvido, donde no consigo el olvido.

Museo, hiciste tú de mí un museo;

Obras de arte firmadas por tu indiferencia,

Obras de arte de tu autoría.

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