Mundo sostenible y sus beneficios




El sistema económico actual se basa en un crecimiento constante, implica que los países deben progresar sin cesar, que las empresas deben aumentar sus beneficios y las personas deben aspirar a mayores ingresos.
El crecimiento económico es un objetivo deseable, pero no suficiente para el desarrollo sostenible. El desarrollo implica mejorar también la calidad de vida de las personas, respetar el medio ambiente y promover la equidad social.
No podemos seguir consumiendo más de lo que necesitamos, ni de lo que el planeta puede ofrecer. El crecimiento, la producción y el consumo deben ser compatibles con los límites ecológicos y los derechos humanos.
Mundo sostenible
Un mundo sostenible, implica lograr un equilibrio entre el desarrollo económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. Es un objetivo que requiere la participación de todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos, empresas y los ciudadanos.
Beneficios de un mundo sostenible
– Mejorar la calidad de vida de las personas: Reducir la pobreza, el hambre y las enfermedades.
– Preservar los recursos naturales y la biodiversidad: Evitar la sobreexplotación y la contaminación.
– Fomentar la innovación y la competitividad: Crear oportunidades de empleo y crecimiento.
– Fortalecer la paz y la cooperación: Respetar los derechos humanos y la diversidad cultural.
Sostenibilidad y economía circular
La sostenibilidad, significa satisfacer las necesidades en el presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el respeto por el medio ambiente y el bienestar social. Este concepto se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el cual es un plan acordado por las Naciones Unidas, para transformar nuestro mundo y enfrentar los desafíos globales como la pobreza, la desigualdad, el clima y la degradación ambiental.
Ahora bien, la sostenibilidad se basa en el concepto de economía circular y busca minimizar el uso de recursos naturales, la generación de residuos y contaminación.
En una economía circular, los materiales y los productos se diseñan para que puedan ser reutilizados, reparados, reciclados o compostados, evitando que terminen en los vertederos o en el medio ambiente, además de fomentar el uso de energías renovables y la restauración de los ecosistemas.
Algunas acciones para apoyar la economía circular
– Reducir el uso de materiales plástico y otros elementos no biodegradables.
– Separar los residuos orgánicos e inorgánicos y deposítalos en los contenedores adecuados. Si tienes espacio, puedes hacer tu propio compost con los desechos orgánicos y usarlo como abono para tus plantas en el jardín.
– Compra productos locales, ecológicos y de comercio justo. Apoya a los pequeños productores y empresas que respetan el medio ambiente y los derechos humanos. Evita el consumo excesivo y opta por la calidad sobre la cantidad.
– Ahorra energía y agua en tu hogar. Apaga las luces y los aparatos eléctricos cuando no los uses, usa bombillas LED, regula la temperatura del termostato, cierra el grifo mientras te lavas los dientes o te enjabonas, instala dispositivos ahorradores de agua en las llaves y la ducha.
– Participa en iniciativas comunitarias de limpieza, reforestación o educación ambiental. Colabora con organizaciones locales que trabajan por la sostenibilidad y la conservación de la naturaleza, difundiendo el mensaje entre tus familiares, amigos y vecinos.
Impacto del crecimiento económico en el planeta


Los seres humanos hemos modificado hasta tal punto el planeta que nuestra propia supervivencia está en riesgo. Los problemas ocasionados por nuestra forma de vivir cada vez son más dañinos y difíciles de revertir.
En el año 2009, un grupo de científicos se reunió para identificar nueve procesos que regulan la estabilidad y la resiliencia del sistema de la Tierra, identificando márgenes cuantitativos que precisan si los humanos pueden continuar sobreviviendo. Cruzar los límites pone en riesgo a la humanidad y hasta ahora se han cruzado cinco de nueve de ellos.
Estos procesos son conocidos como límites planetarios y son fundamentales para mantener el equilibrio natural y la capacidad de resiliencia de la Tierra. Algunos de estos límites son el cambio climático, la acidificación de los océanos, la pérdida de biodiversidad y la contaminación química. Si no respetamos estos límites, nos exponemos a generar cambios ambientales irreversibles en todo el sistema y desencadenar un colapso. Por eso, es urgente tomar medidas para reducir el impacto ambiental y garantizar un desarrollo sostenible que proteja el planeta y la vida.
El crecimiento económico es el objetivo principal de muchos países, pero tiene un costo ambiental y social muy alto. Los recursos naturales que sustentan la vida humana puede parecer que son infinitos, porque siempre han estado allí, pero se están agotando y los desechos que generamos contaminan el planeta. No podemos seguir viviendo como si tuviéramos otro mundo para explotar y desechar.
Es necesario cambiar el paradigma del desarrollo basado en el consumo y la acumulación, por uno que respete los límites ecológicos, transforme nuestras formas de producir, consumir y promueva la equidad y la solidaridad.
Hoy en día, estamos consumiendo los recursos que pertenecen al futuro y cada año se reducen más rápido. El progreso ha traído beneficios en la calidad de vida, pero también ha alterado otros aspectos que la perjudican.
Por eso, el problema no es cuántos somos, sino cómo vivimos. Necesitamos modificar las relaciones sociales y económicas que nos han conducido a esta situación. Cambiar nuestra forma de vida no implica renunciar al bienestar, al desarrollo y a la tecnología.
Comenzando a construir un mundo sostenible desde ahora
Para lograr un planeta sostenible la Organización de las Naciones Unidas propuso trabajar en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es el plan de la ONU para lograr un futuro mejor y más justo para todos. Estos objetivos abordan los principales desafíos que enfrenta la humanidad, como la pobreza, el hambre, la salud, la educación, la igualdad de género, el cambio climático, la energía, el medio ambiente y la paz. Los ODS, se basan en la cooperación y el compromiso de todos los países para alcanzar las metas establecidas para el año 2030.
Sin embargo, algunos economistas exponen otras propuestas también muy interesantes, como la economía de la dona, como una visión innovadora que busca satisfacer las necesidades humanas dentro de los límites del planeta.
La economía de la dona, es una economía basada en un diseño regenerativo, circular y modular donde se consideran todos los impactos, desde la creación, la vida útil y hasta disposición final. Esto implica reducir el consumo excesivo, fomentar la circularidad de los materiales, repartir la riqueza de forma más equitativa, proteger los bienes comunes y respetar la diversidad cultural y ecológica. Algunas ciudades como Ámsterdam, Bruselas y Copenhague, han adoptado esta propuesta como una guía para orientar sus políticas públicas hacia un desarrollo más humano y sostenible.
Conclusión


Un mundo sostenible es posible si actuamos con responsabilidad y compromiso para cuidar el planeta y sus recursos. Todos podemos contribuir a este cambio con nuestras acciones cotidianas y exigiendo a quienes nos representan y a las empresas que adopten medidas que favorezcan las energías renovables y la protección de la biodiversidad.
La sustentabilidad requiere cambios profundos y estructurales, soluciones tecnológicas, instrumentos financieros, políticas públicas, gestión y visión ecológica, pero sobre todo un cambio de pensamiento y valores de cada uno de nosotros, comprender el problema y actuar desde nuestras posibilidades.
Nos estamos enfrentando a retos complicados y no se comparan con lo que les espera a las futuras generaciones. Los problemas solo podrán ser superados por personas íntegras, con conocimientos y habilidades, tanto manuales, intelectuales como sociales.
Ahora imagínate un planeta sostenible que sea equitativo, empático, responsable y con un gran vínculo con la naturaleza, un mundo sostenible que se puede construir con un granito de arena de cada uno de nosotros, ese es el mundo que queremos y en el que merecemos vivir.