Metamorfosis 

Por: Giovanna Hernández

La vida es extraña; compleja,

nada fácil, uno nace sin pedirlo.

Se te asigna una familia,

sin consultarte, te colocan,

los nombres que les de la gana;

el colmo de los colmos.

¡Tienes que llevar su apellidos!

Sigue la lista. Si la pareja es bruta.

Tapada, ignorante o si posee,

genéticamente alguna enfermedad,

corres el riesgo enorme, de heredar eso.

Si tu padre es calvo,

 más feo que una diarrea,

en pleno metro a las doce,

prepárate a odiar los espejos;

si tiene el pene minúsculo,

vé comprando una lupa,

 para que te subas la autoestima.

Llegó el día, naciste;

te llamaras: “Trípulo Toripollo.

 Raspacuero Cabezón”.

Raspacuero por tu padre,

 y Cabezón por tu madre.

Trípulo cómo tu abuelo.

 Toripollo por tu abuela;

tú pedazo de Padre,

 jamás tuvo aspiraciones,

vive al día y del rebusque,

un día lo saludé,

 y me pidió prestado,

le gusta empinar el codo;

es el propio vago,

 sin futuro alguno,

 nunca estudió; le encanta lo vulgar,

lo ordinario, lo basto, lo chabacano;

si hablamos de tú mamá.

Ella hizo el curso de loca y pasó eximida.

Es Summa cumme laude, en chismes y

se cree la reina del barrio,

pero sigamos analizando tu legado;

naciendo, te llevan a un rancho,

no de esos que hay en Texas. ¡Que va!

En esa casucha de tabla, cartón y zinc,

te llama la atención,

la publicidad que está,

adornando la entrada.

La cual reza: “I love New York”.

Irónicamente, llaman a eso “casa”

6 gaveras vacías de cerveza,

con un cartón arriba,

se transforman en la cama,

donde dormirás.

Para colmo de males,

 para llegar a la casucha,

hay que subir 455 escalones,

casi siempre atracan,

en el 123 y en el 313.

Si tienes suerte, sólo te cobraran peaje.

Hay que acotar, que los choros,

de la escalera 123, no te quitan todo,

algo te dejan, alguito para el bolsillo.

De igual forma, para buscar,

 un tobo de agua,

te tienes que calar,

esa escalera perversa,

al final no sabes,

por el cansancio que te embarga,

si tú llevas el tobo o el tobo, te lleva a ti.

Tienes 4 hermanos,

 cada uno producto obligado,

de ese entorno patético.

¡Total! Llegas a la conclusión,

de que tu vida, es una película de terror.

Pero el tiempo no perdona y pasa.

Tú te sientes afectado.

no aceptas esa realidad,

que tu psiquis rechaza;

ese entorno impuesto,

por alguien que te odia,

necesitas otra personalidad,

 otro origen,

reconocerte como parte de otra realidad,

replantearte otro Sendero, otro camino.

Así tengas que crearlo tu mismo.

No, no eres latinoamericano,

eres Europeo; orgullosamente

Salamantino.

Amas tu Salamanca.

Su histórica Universidad;

una de las más antiguas,

del viejo continente.

Fundada en el año 1218

de allí egresaste como.

Profesor de historia;

adoras a tus padres,

que fueron para ti,

tu norte y tu guía.

Él, ilustre cirujano

Andrés Antonio López Hidalgo.

Ella, la insigne profesora universitaria

Teresa María Echenagucia de Hidalgo;

tienes una hermana;

qué amas y respetas.

Gran escritora, periodista excepcional.

Tienes el matrimonio perfecto,

tu esposa te ama y admira,

tu hija estudia, en la misma universidad.

De donde tu egresaste.

Adoras tu gastronomía,

tu hornazo salmantino,

tu Chanfaina. Tu bollo Maimón.

Respetas y sigues tus tradiciones

adoras tu música clásica.

Sobre todo. “El nocturno de Chopin”.

tu realidad es bella y hermosa;

Tiene sentido.

Como cada nota de Strauss.

De Mozart. De Vivaldi;

nunca fuiste pobre,

nunca habitaste en un cerro.

Tu vida a sido plena,

 y te felicito, porque puedes decir.

Después de tu Metamorfosis.

¡Valió la pena vivir!

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