Love in an ecovía?


Esta no es una historia de amor o tal vez sí, no sé cómo describirla, lo cierto es que está es la historia de Leslye, una chica en sus 24 que se la vive quejándose de la vida por no tener pretendiente alguno, pero su problema real no es la vida si no que frente a las oportunidades, ella no capta ni una sola.
Probablemente no entiendan la razón de empezar esta historia como un cuento, solo diré que todo se siente mejor cuando se narra de esta manera, en especial si se involucran sucesos de una amiga distraída que vive pidiendo a cupido y a la vida un pretendiente o pareja con el que vivir bellos momentos, pero siendo sincera, yo de cupido en lugar de tirar flechas le tiraría el arco entero para que se dé cuenta de las señales que envía.
Érase una vez, cuando dos estudiantes, Leslye y Alaia, cumplían con sus prácticas profesionales en una escuela de Quito, llegó la hora de salida, así que entre risas ambas tomaron una ecovia que iba repleta en la odisea de la tarde, Leslye, la mayor pero que parecía la más joven de las dos, subió primero y se paró muy cerca de un chico, Alaia subió detrás, tomando la mochila de su amiga para que no la dejará en aquella parada, las paradas transcurrían, y ambas amigas se iban acomodando, Leslye ya se había alejado un poco de aquel desconocido y tenía su mirada fija en su amiga, Alaia por su parte, seguía aguardando en la puerta, porque ahí había más espacio y casi nadie la aplastaba, además podía ver perfectamente a su amiga Leslye y al chico detrás de ella, era alto, delgado, de cabello negro y facciones lindas.
Alaia no quería perder la oportunidad de por fin cumplir los deseos de su amiga de tener una pareja, así que como Leslye la observaba con atención, Alaia hizo señales con los ojos para que le hablará a aquel chico o hiciera algo para conocerlo, pero su amiga no entendía, la miraba como diciendo ” ¿Qué tienes? ¿Qué pasa?”, palabras que pudo corroborar al leer sus labios susurrantes, que dijeron:
─ ¿Qué?, no te entiendo ─ con confusión.
En eso el chico, al parecer, escuchando a Leslye, miró a dónde ella veía y se topó con la mirada de Alaia, que hasta ese momento no había dejado de hacerle señales a Leslye, el chico y Alaia hicieron contacto visual unos segundos, hasta que ella apartó su mirada, era evidente que aquel desconocido había entendido en esos pequeños instantes el mensaje que trataba de trasmitirle a su amiga. Alaia se sintió muy incómoda, solo quería que la tierra se abriera y la tragase, creía que aquel chico se enojaría o diría algo al respecto, pero no, al contrario, mostró una sonrisa y se pegó un poco a Leslye.
─ ¡Oh, por Dios!, sería él, el ser amado de su amiga ─ pensó Alaia sonriendo con satisfacción, no le quedaba dudas de que él había entendido el mensaje que era para su amiga y estaba de acuerdo con el plan.
Pasaron a otra parada y una señora en silla de ruedas se acercaba, Alaia fue junto a Leslye para permitir el paso, pero ninguna se había dado cuenta que ese era un lugar preferencial, así que el chico le dijo a Leslye.
─ Debemos hacernos a un lado, vamos hacia allá ─ señalando un espacio a la izquierda y tratando de sujetarla.
─ Bueno Les, yo voy hacia allá ─ respondió de inmediato Alaia dirigiéndose a un espacio en la derecha.
Alaia había entendido la situación y debido a que el chico había hablado primero, pensó que surgiría una conversación entre ambos. Creyendo haber logrado su objetivo, colocó muy bien sus audífonos para escuchar su música preferida y sonrió, aunque está duró poco, porque vio como en la siguiente parada Leslye se acercaba a ella dejando en el otro extremo al chico.
─ ¿Por qué me dejaste allá?, si aquí hay más espacio ─ dijo con tono triste.
Alaia respondió con naturalidad que si le había dicho que se dirigía hacia allí y siguieron conversando, mientras en su cabeza no podía dejar de pensar la razón de querer unir a su amiga con aquel chico, porque al parecer el desconocido era tímido, Leslye lo era también y contando con ella nada podía salir como quería, el caso estaba sin lugar a dudas perdido, su amiga no entendía y ella no quería decirle con el chico presente que estaba tratando de emparejarlos y que él había entendido sus señales hace unas cuantas paradas.
Más tarde, cuando la ecovía nuevamente se llenaba, el chico que se encontraba al otro lado buscó la oportunidad de volver a acercarse a Leslye, se paró cerca y de lado, protegiendo para que la gente no pasará y no siguieran aplastando al par de amigas, en especial a Leslye, quien siguió platicando con su amiga tan amenamente, Alaia no quería perder esa nueva oportunidad, así que en una curva empujó ligeramente a su amiga para que quedarán más cerca, pero ella se recompuso fácilmente, pidió disculpas al chico y sin darse cuenta de que Alaia la había empujado intencionalmente, le siguió contando acerca del tema del que hablaban.
En una parada más, el chico bajó de la unidad y Alaia decidió interrumpir las palabras de su amiga para contarle su intento fallido de emparejarla con aquel chico que en palabras de su amiga también estaba guapo, Leslye si se había percatado en la belleza de aquel desconocido, pero no en que, si hubiera entendido su lenguaje de ojos ya estaría en proceso de noviazgo.
Ahora es el chico lindo de la Ecovia que captó la indirecta de una desconocida, que quedó en vergüenza por hacerle los planes a su amiga, pero que ella siendo tan cercana no pudo entender. ¿Será que aquel chico vuelve aparecer?, eso no lo saben, solo que desde ya, ambas amigas deben tomar clases de lenguaje no verbal y sociabilidad, aunque para Alaia una clase de cómo hacer que tu amiga reaccione no estaría mal.