Los 10 platos de Ámsterdam que no te puedes perder. Parte II.


Arenque crudo
EL PLATO DE PESCADO MÁS PECULIAR DE ÁMSTERDAM



En Ámsterdam es muy común ver puestos de comida callejera en las que se sirve arenque crudo, aunque quizá el nombre no sea del todo apropiado ya que, técnicamente, este tipo de pescado nunca se sirve sin cocinar.
El arenque habita en abundancia en las aguas locales, de ahí que los vendedores de estos puestos siempre lo tengan en sus menús.
Después de la captura, el pescado se limpia, se vacía, se sala y se congela. El proceso está pensado para aumentar su sabor y su consistencia.
¿Te apetece probarlo? No te costará nada encontrar dónde hacerlo, ya que la ciudad está repleta de quioscos en los que te los preparan al instante.
Normalmente te los servirán recién hechos junto con pepinillos y cebolla, aunque algunos amsterdameses los prefieren en bocadillo.
Queso
DISFRUTA DE UNO DE LOS CLÁSICOS HOLANDESES.



El queso holandés es uno de los elementos más populares y reconocibles de la gastronomía de Ámsterdam, aunque sus locales también ofrecen opciones de otros puntos de los Países Bajos.
Si te gusta este gran clásico, aquí podrás probar bastantes tipos, así que aprovecha para no perderte ni uno durante tu visita.
La mayor parte de la producción de queso del país, en general, se dedica al gouda, por lo que esta será la variedad que encuentres con más frecuencia en su capital.
Eso sí, esta delicia semicurada también presenta diversas variedades a su vez. El edam es otro de los quesos que abundan en muchos de los locales, y se caracteriza por un sabor suave y salado.
Por su parte, el maasdammer es una opción muy popular, y presenta una peculiar silueta en forma de cúpula.
Poffertjes
PEQUEÑAS TORTITAS ESPONJOSAS.
Las poffertjes son un popular dulce de Ámsterdam que consiste en pequeñas tortitas esponjosas diferentes de las llamadas «holandesas», estas últimas más finas y grandes.
Eso sí, esa diferencia de tamaño tampoco las acerca a las célebres versiones americanas o británicas. Las poffertjes son considerablemente pequeñas, algunas de ellas miden poco más que una moneda.
Se suelen coronar con azúcar glas y un poco de mantequilla. Si las compras en un puesto callejero, normalmente te darán un palillo para poder comerlas.
Las preparan al momento en muchos puntos de la ciudad, así que no tendrás problemas en conseguirlas cuando te apetezcan.
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