La literatura mística novohispana.


En el mundo religioso, tanto los frailes, las monjas y los sacerdotes vivieron experiencias personales donde por medio de reflexiones, sueños o episodios de éxtasis reafirmaron su concepción del mundo divino, ya sea presenciando a los seres demoniacos del infierno, conviviendo con los santos, así como tener contacto espiritual con Jesús o la virgen María. La necesidad de externar su fe hizo que en el mundo literario novohispano surgiese este género donde trataba de explicar a los lectores la veracidad de la existencia del dogma católico, por lo que con esto reafirmaban la necesidad por parte de la sociedad de seguir el orden dictado por la Iglesia para asegurarse su vida en el más allá. Para propagar la correcta forma de ser cristianos, era muy importante la presencia de los teólogos en el mundo eclesiástico, quienes tenían una gran formación dentro de la Real y Pontificia Universidad de México, dándoles la autoridad para crear un gran acervo bibliográfico que se distribuía principalmente entre los sacerdotes y con ello tenían la guía para orientar a sus correspondientes feligresías.
De los principales autores de este género encontramos al propio obispo de Puebla y posteriormente virrey de la Nueva España, Juan Palafox y Mendoza, de quien contamos con cerca de 15 volúmenes recopilados hacia 1762 durante el trabajo para promover su beatificación, de quien tenemos desde tratados teologales, políticos, devocionales, hagiográficos, pastorales e históricos, de los cuales dos los escribió en su estancia novohispana como “El Varón de Deseos”, editado en México hacia 1642 y se trata de un tratado donde describe las tres vías en que el alma intenta llegar a Dios como la purgativa, la iluminativa y la unitiva, esto le sirve para atacar doctrinalmente al protestantismo al describirlo como frívolo al guiarse por lo lúdico o ponerse como meta de vida el continuo enriquecimiento de las personas. Su segundo libro novohispano esta “El Pastor de Nochebuena”, editado en 1644, se trata de una lectura más amena dirigido para las monjas donde las llama a reflexionar por medio de relatos sobre las virtudes y vicios los principios teológicos de la Navidad.
Los jesuitas también se integran al mundo literario teológico, este fue el caso del irlandés Michael Wadding (1584-1644) quien escribe bajo el seudónimo Miguel Godínez la obra “Practica de la teología mística” editado en Puebla hacia 1681 y de ahí tuvo una amplia difusión en Sevilla, Madrid y Roma, donde defiende las visiones místicas que tenían las monjas y que una parte del clero decían eran obra del demonio, legitimando su procedencia de la gracia divina. Para esto, Godínez se basa en el caso de la carmelita poblana Isabel de la Encarnación, reconocida monja visionaria que en un momento fue acosada por demonios y que fueron narrados por su compañera sor Francisca de la Natividad en un texto ordenado por su confesor jesuita, donde además de describir las visiones de Isabel, también fue aprovechado por Francisca para escribir su autobiografía que va desde su infancia en España, su ingreso al convento y de paso sus propias experiencias místicas. Este escrito tuvo el interés de otros religiosos quienes decidieron realizar sus propios análisis, como fue el caso del clérigo Pedro Salmerón quien escribe dos libros, “Vida de sor Isabel de la Encarnación” editado en Puebla en 1640 y “Vida de sor Francisca de la Natividad” editado en México en 1675, a pesar de que el escrito estaba dedicado para la lectura del confesor, al tener un carácter hagiográfico (que tratan de la santidad).
Sin duda, la pionera en realizar esta clase de obras fue Santa Teresa de Ávila, las cuales tuvieron una amplia difusión entre las ordenes mendicantes incluyendo a los conventos de monjas, impulsando a otras religiosas a escribir acerca de sus propias experiencias místicas, ese fue el caso de sor María de San Joseph (1656-1719), monja agustina recoleta poblana quien estaba dirigida por el obispo Manuel Fernández de Santa Cruz y fue una de las fundadoras del monasterio de Nuestra Señora de la Soledad en Oaxaca en 1697. Ella dejo en sus diarios un total de 2000 páginas donde además de dejar plasmadas sus visiones y profecías, también dejo constancia de su vida cotidiana como sus enfermedades, problemas internos y su trabajo como priora y fundadora el monasterio, por lo que a su muerte el obispo de Oaxaca, Ángel Maldonado, encarga al criollo dominico fray Sebastián Santander y Torres estudiar sus escritos y de ahí escribe su sermón fúnebre, su biografía y una de sus Estaciones devocionales, las cuales tuvieron varias reediciones.
De momento, encontramos que, si bien las monjas eran muy dadas a la escritura de sus visiones religiosas, siempre tenían que pasar por el filtro de sus compañeros en la iglesia quienes analizaban y daban su punto de vista para que estas pudieran salir a la luz, pero hubo una excepción a la regla con el caso de la poblana sor María Anna Águeda de San Ignacio (1695-1756), quien fue priora y fundadora del convento de dominico Santa Rosa. A lo largo de su vida, sor María dejo una serie de escritos sobre sus reflexiones, las cuales fueron a dar con el obispo de Puebla, Pantaleón Álvarez Abreu, quien después de la muerte de la religiosa promovió la difusión de su trabajo editando el libro “Mar de gracias que comunico el Altísimo a María Santísima y Misterios del Santísimo Rosario” en 1758 con una introducción del jesuita veracruzano Joseph de Bedillo y con el sermón fúnebre del dominico fray Juan de Villa Sánchez. En su obra, sor María se dedicaría a reflexionar sobre las obras de santo Tomas de Aquino y usando de referencia las metáforas de San Juan de la Cruz sobre el viaje del alma, hace una exploración mística sobre el tema de la leche de la Virgen como fuente de origen de la sangre de Cristo.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.
Federico Flores Pérez.
Bibliografía: Antonio Rubial. Entre la dependencia y la autonomía. La literatura colonial en castellano, del libro Literatura. Historia ilustrada de México.
Para más contenido histórico o para opinar del tema, visita la página de Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064319310794
Si te gustan los artículos, leer mas de los publicados en el blog y apoyar al proyecto, vuélvete un asociado en la cuenta de Patreon: https://www.patreon.com/user?u=80095737
Imagen:
Izquierda: Vida de la v. m. r. m. Maria Agueda de S. Ignacio, primera priora del religiosissimo Convento de Dominicas recoletas de Santa Rosa de la Puebla de los Angeles, en la imprenta de ls Bibliotheca Mexicana, Mexico, 1758.
Derecha: Juan Palafox y Mendoza, Tratados místicos, varón de deseos: Peregrinación, edición 1762.


[…] https://www.arthii.com/la-literatura-mistica-novohispana/ […]