La imposición del orden avilacamachista.

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Las elecciones de 1940 donde ganaría Manuel Ávila Camacho no representaría el fin de las disputas políticas en el país, ya que tenían que lidiar con la sombra de fraude que percibían diferentes sectores sociales que apoyaron la candidatura de Juan Andrew Almazán y la forma en como el gobierno cardenista había acosado a sus grupos de apoyo, este sentimiento de ilegitimidad seria aprovechado por diferentes facciones dentro del PRM para acaparar las principales posiciones tanto dentro del nuevo gabinete como dentro del partido. Ávila Camacho había catapultado su candidatura al prometer un ambiente de conciliación tanto con los sectores sociales afectados por el gobierno de Cárdenas, pero sobre todo con las diferentes facciones políticas como los callistas que habían sido echados fuera de cualquier puesto gubernamental, por lo que se serviría con la selección del gabinete en la herramienta para empezar a limar asperezas con todos, por lo que los cardenistas se quedarían con las secretarias de Educación y Trabajo al poner a Luis Sánchez Pontón e Ignacio García Téllez respectivamente y respetando las líneas de acción de Cárdenas, de los callistas elegiría a Ezequiel Padilla para Relaciones Exteriores y en Economía entra Francisco Xavier Gaxiola, político allegado al expresidente Abelardo Rodríguez y representaba al sector revolucionario convertido en empresarios.

Con este gabinete, Ávila Camacho quedaba bien con todos los sectores políticos y garantizaba la posición internacional del país, a la izquierda le garantiza el seguimiento de las principales líneas alcanzadas con Cárdenas (con la entrada en la SGM queda sellado el apoyo con la entrada en la Secretaria de la Defensa del propio expresidente), a la derecha le garantiza el mantenimiento de un orden capitalista donde seguirían haciendo sus negocios bajo la supervisión del orden revolucionario, mientras la cancillería aseguraría un papel mediador frente al caos geopolítico y asegurando a EU su alineamiento en momentos de necesidad pero sin dejarlos entrometerse. Estos años fueron cruciales para definir a la política de estado con una clara orientación centrista donde se colocaban por encima de cualquier extremismo, pero siempre con una clara preferencia por la derecha que por la izquierda, esto lo veríamos en un enfrentamiento acontecido en enero de 1941 donde el expresidente Abelardo Rodríguez ataca a la CTM por su papel polarizante dentro del sector obrero y los invitaba a abandonar los extremismos, un claro intento por minar la autoridad de Vicente Lombardo Toledano para poner a un líder menos radical, ante este problema Ávila Camacho daría un mensaje sin dar un apoyo abierto a nadie, pero llamaba a la mediación para que trabajadores y empresarios saliesen beneficiados.

A pesar de este llamado a la unidad, Lombardo Toledano seguiría manifestando su compromiso con la lucha obrera y sus principales postulados, pero esto acabaría con la llegada como secretario general de la CTM del líder sindical Fidel Velázquez, quien fue el principal garantista de que el movimiento obrero seguiría bajo las órdenes de los intereses de la presidencia. Otro de los escenarios entre la derecha y la izquierda revolucionaria se iría a las discusiones del Senado, donde el pleito entre Rodríguez contra la CTM, dividiéndose en un sector oficialista que seguía manteniendo su llamamiento a la unidad y los cetemistas que se negaban a llegar a cualquier clase de entendimiento, por lo que tenía que salir Lombardo Toledano a apaciguar esta animadversión para reiterar su lealtad al presidente y al sindicalismo asegurando su papel como árbitro. Esto no evito que algunos legisladores cetemistas manifestasen su desacuerdo ante esta conciliación presidencial al no resolverse las principales demandas de la lucha obrera, por lo que el gobierno encuentra la forma de golpearlos indirectamente empezando a acosar al Partido Comunista con la excusa de ser agentes extranjeros que querían meter al país a la guerra aprovechando el controvertido pacto germano-soviético, reiterando que la izquierda debía moverse bajo los lineamientos del oficialismo revolucionario.

Gracias a este movimiento, se pudo controlar a la disidencia cetemista y por otro lado neutralizan a los cardenistas del gabinete acusándolos en la prensa de ser los patrocinadores del PCM, siendo respondidos con su silencio y esto dio pie a que la maquinaria del gobierno empezase a movilizarse para cambiar el Articulo 3 quitándole su orientación socialista a la educación básica. El dogmatismo de la izquierda y su dependencia de los postulados dictados desde la URSS fueron un defecto fácilmente explotable por el PRM ante el contexto internacional, como se vio en junio de 1941 con el inicio de la invasión alemana con la Operación Barbarroja, por lo que provocaría serios problemas dentro de sus filas al verse obligados a la moderación, mientras la derecha se dedicaba a denunciar como los servidores públicos de las instituciones cardenistas eran comunistas. Para esos momentos ya se veía un completo alineamiento del gobierno mexicano hacia los intereses estadounidenses, por lo que Lombardo Toledano aprovecha el momento para controlar a los comunistas dentro de la CTM acusando una nazificación del país y llamando a unirse a colaborar con los esfuerzos estadounidenses escudándose en la necesidad de mantener la buena vecindad.

Todo apuntaba a que se produciría una incisión dentro de la política debido a esta creciente animadversión de la izquierda para irse hacia la moderación, valiéndose de la presencia mantenida por su hermano el general Maximino Ávila Camacho quien era un ferviente anticomunista con claras pretensiones de alcanzar la presidencia, pero el presidente no entra en su juego y reiteraba la permanencia de su gabinete sin ninguna clase de cambios. Estas declaraciones hicieron que el sector cetemista en la Cámara de diputados se dividiese en una facción que apoyaba al presidente, ya que él les había garantizado la manutención de las prebendas alcanzadas hasta el momento viéndose fortalecidos, viendo la necesidad de alinear a la izquierda dentro del nacionalismo revolucionario desechando los elementos extranjeros. El continuo debilitamiento propinado por el oficialismo hacia la izquierda dio pie a Ávila Camacho a deshacerse de los cardenistas de su gabinete facilitado por la pérdida de su credibilidad, por lo que Sánchez Pontón fue destituido de la SEP para poner a Octavio Vejar Vázquez y la Secretaria de Comunicaciones y Obras Publicas en manos del cardenista Jesús de la Garza fue dada en compensación a su hermano Maximino, desde donde trata de usurpar funciones de la Secretaria de Trabajo.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Luis Medina. Del cardenismo al avilacamachismo.

Imagen: Hermanos Casasola. Toma de Posesión de Manuel Avila Camacho, 1/12/1940.

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