La droga


De niño temía caer en una adicción,
la que mamá repetía y decía: precaución,
aunque jamás me advirtió de esas que engañan a la mente y el corazón,
que sus ojos brillan como luceros en una noche de terror,
que sin explicación,
le dan alegría al alma como mirar el alba,
que su beldad inefable cautiva hasta al más feroz cazador,
y que con su calor causa un placebo,
sanando hasta la herida de un león
-Soul

