La despedida


Lo sentí suspirar mientras lo abrazaba, le hable de nuestra vida juntos, de lo mucho que lo amaba, no fue fácil abrazar aquel cuerpo frágil, casi esquelético, aquel cuerpo al que las fuerzas ya habían abandonado, su alma aún estaba unida a este mundo por un delgado hilo de plata a punto de reventar, no fue fácil. Por un momento aprecie el aire que inundaba mis pulmones, el poder respirar profundo, en aquel último abrazo lo vi mirar al vacío y con una última exhalación se despidió, no fue un adiós, más bien un hasta siempre.
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