Julián Silveria
En una casa solitaria Julián, un viudo atormentado con la pérdida de su esposa sentía desvanecer su cordura. La veía en cada rincón, con esa mirada triste, comenzó con un sueño, ella aparecía en el fondo de un pozo con los ojos hinchados de tanto llorar, miraba hacia arriba como buscando una salida, y él veía sus pupilas llenas de dolor, esas pupilas ahora aprecian por toda la casa junto a su silueta, y a la sonri- sa que no reflejaba nada más que decepción. Él luchaba contra la realidad y la locura, hasta la noche maldita en que el fantasma de ella lo arrastró hacia el ático, allá encontró el cuerpo desmembrado por él mismo, víctima de un colapso mental al verlo nunca recordó haberla asesinado en un ataque de celos.