INCERTIDUMBRE


¿Cual es mi nombre?
¿Acaso importa eso?
Soy Pedro. soy Juan. Soy Ana
¡Soy todos ellos!
Veo a lo lejos una luz,
resplandece ante mí.
Brilla como un sol propio.
¿Qué busco?
Me pregunto a mi mismo,
y lo admito, no te soporto.
¡Calla, conciencia, calla!
No despiertes mis demonios.
Que la locura se unió al tiempo,
como un volcán hizo erupción.
Su lava arrastró sin piedad los recuerdos,
veo unos juguetes, dejados al olvido.
Retazos de una infancia perdida,
canicas tiradas en el suelo frío.
Era la nada hecha silencio.
¡Catarsis que llegas a mi alma!
Mira lo que soy ahora,
tan sólo un espectador.
En este escenario llamado “Vida”.
¡Pero tú!
Estás ahí y no estás,
me ves y no me ves,
porque no me entiendes.
Llego cuando nadie me espera;
no toco puertas.
Sólo veo el reloj.
Uno nace y otro muere;
uno se entrega al presente,
otro al pasado.
Tú hoy, se volvió ayer.
Un recuerdo, un olvido,
sólo es un adiós en la brisa,
y, cómo duele un adiós.
Cuando dibuja en su tristeza,
el atardecer, de una vida.
Una hoja seca volaba,
llevando pedazos de mi.
¡Qué soy! Le pregunté a la inmensidad.
Y me respondió, el eco de la muerte.
¡Axioma absoluto de la realidad!
Eres sangre, que corre como río,
impetuosa corriente, que se lleva todo.
Un poeta esclavo, de su poesía.
Poesía de un poeta ausente;
y en etérea forma apareciste
¡Oh madre desdichada!
En tu silla de ruedas postrada,
viendo pasar la vida, desde tu ventana.
Sin comprender, la razón de tu Esclerosis,
sin asimilar tu destino.
Pese a todo, sonríes inocente,
cómo una niña, que observa al mundo,
desde su pequeño universo.
¡Hoy estás aquí! ¡Madre mía!
En ésta despedida obligada,
algo musitas, en meliflua voz.
Alguien pasa a lo lejos,
otros avanzan, son sombras.
Sólo sombras que pasan,
y yo sigo aquí, testigo forzoso.
De lo que no quiero ver,
déjame besarte vieja,
porque el reloj se detuvo.
La oportunidad de “ser” se diluye,
como arena entre los dedos.
Ser o no ser, to be or not to be,
dijo Shespereare. Pero ¿Ser qué?
¿Importa eso?
Todo empezó aquel día,
cuando mi embarcación zarpó.
Atrás dejaba, su tranquilo muelle,
salió a vencer tormentas;
cruzando la mar, en su loca aventura.
Y cómo Colon, soñé un mundo,
larga fue mi travesía,
reflexiono en tu proa nave mía.
Mientras la brisa marina,
golpea mi rostro.
Sin capitán avanzas,
hasta llegar a tu puerto.
Ancla que detienes mi viaje,
que pones fin a mi locura.
Debo decirte,
que mi barco está exhausto,
como yo,
sin fuerzas llega a su destino.
Ésta fue su última andanza,
de regreso no hay boleto.
Intento hablar,
pero las palabras no salen.
Han quedado hundidas,
en el abismo de mi soledad.
Llantos, risas, momentos,
sólo momentos;
esa es la vida.
Pedazos de algo,
algo de amor.
Mucho de dolor;
y un creador supremo me habla,
me dice, me afirma.
Que soy un fragmento de lo creado;
que mi cuerpo, se unirá a la tierra.
¡Parte de ella serás! Me grita.
Por el poeta habla su poesía,
rebeldía que nace del alma.
¡Quiero que me escuches!
quiero hablarle al infinito.
¡Yo soy ésta playa que me habla!
Soy el poeta que me consume,
por dentro.
Soy el niño que nace,
el viejo que agoniza.
El payaso que te roba una sonrisa.
Soy ese mendigo lanzado a la calle.
¡Yo soy! Simplemente Soy,
dime algo “vida”.
Responde sin miedo, sin hipocresía.
Quiero saber si eres una mentira,
una realidad fingida.
Un guión ya escrito;
no hablas, te callas.
Por ti responde el tiempo,
este me atropella, me absorbe.
¿Dónde está mi juventud?
¿Quién la ha visto?
Me dicen que avanza,
entre laberintos.
Por ella está la vejez.
¡Expresión consumida de la vida!
¡Óyeme vida!
Nunca te entendí, lo admito,
escribí entre tumbas.
Para comprenderte,
y entre cruces pude saber;
lo que en verdad eres.
¡No mientas más!
La muerte cerró tus labios.
¡Calla!. Ten dignidad ¡calla!
Un fugaz pensamiento,
pasó por mi mente.
Entre neuronas haciendo sinapsis.
Recorriendo lo vivido,
esa infancia que fue triste.
Algún juguete olvidado,
lágrimas de un desolado niño;
es el guión de un desgraciado.
Pero voy más allá,
al hombre buscando su propio “yo”
Recuerdo que la calle hablaba,
vi a las mujeres que la noche oculta.
la felicidad, entre comillas estaba,
luces opacas,
risas falsas.
Cariños fingidos,
mundos robados.
Y sentí al amor, extraño.
Lo tomé sin conocerlo,
cómo un ser vacío.
Que vagó, sólo vagó.
Viviendo su propio infierno,
detenido estás ¡Oh tiempo!
Décadas que me aplastan,
canas que marcan mis sienes.
Mis ojos vieron partir a la “Paz”
Por ella vino la “guerra”,
la furia del hombre,
contra el hombre.
¡Ilógica que te enfrentas a la lógica!
Cuando te matan por ser negro.
¡Te fusilan por ser gay!
Por ser pobre te acorralan,
pero te hablan de un cielo perfecto,
para justificar tu miseria.
“Aquí eres pobre”
“Allá comerás en platos de oro”,
pero te deprime la realidad;
que te rodea,
que te consume.
Porque ves a tus hijos,
pasando hambre.
Y te duele el alma;
más que el cuerpo.
Por eso robas. ¡Por ellos!
Algo de comida.
y te condena una ley,
que al rico no toca.
Ves entonces pasar,
muchas balas silbando.
Llevando a la muerte con ellas.
Cada soldado pelea su batalla,
sin saber por qué combate.
Otro Vietnam, que se abre paso.
Otro Hitler escribiendo “su Lucha”,
y tú allí, obstinado tiempo.
Tomando nota de las locuras del hombre,
como Heródoto llevas historias.
Cargadas de historias,
y busco un espacio de paz.
Cómo un “Felipe II”,
trato de encontrar mi Escorial.
Con mi “Armada Invencible” derrotada;
alguien me habla.
Así es la poesía,
es una voz que te llega.
Suave a veces, no siempre,
de adentro fluyen las palabras.
Como un torrente imparable,
y escribes sin parar.
Aquella locura te hace libre,
pero la realidad te aterra,
¿Qué has hecho con el planeta?
¿Puedes explicarlo?
Porque la tierra era hermosa, pura, bella;
hasta que llegastes tú,
¡Cabeza de la creación!
Y la hiciste inhabitable.
Contaminaste sus aguas.
Acabaste con su atmósfera,
arrasaste sus árboles,
polucionaste su suelo.
Éste es el mundo, que legamos.
Nuestros hijos y nietos lo heredarán,
somos culpables de esta pesadilla.
Hoy los polos se derriten,
tiembla una y otra vez,
los volcanes expulsan su furia.
Las tormentas son más temibles.
Y la amenaza de una guerra final,
escribe con sangre.
El epílogo de un desastre.
Pero decía “Einstein”
que la realidad como tal,
no existía y digo yo.
Que la vida es un escenario
¿Qué papel te tocó en la obra?
Doctor, Enfermero, Carpintero
¿Qué Eres?
Rico, Pobre, Capitán, General.
¿Qué eres?
No te afanes tanto,
todo es una fantasía,
sólo interpreta tu papel.
Házlo con dignidad,
pero debo decirte.
Que al terminar la obra,
ni siquiera oirás los aplausos.
Bajará el telón,
para ponerle fin a tu parte.
Lo demás es “silencio”
Y en el silencio se oculta Todo.
Pero déjame seguir,
no puedo detenerme.
Por eso grito, no puedo evitarlo.
¿Quién ha visto a la esperanza?
No te muestres falsa,
como lo hizo la vida.
No te borres, de mi historia,
que mi mente no te olvida.
Y me pregunto.
¿Qué soy?
Y me respondo.
Soy un poema inconcluso,
una canción olvidada,
soy ese tiempo perdido.
Parte del todo y la nada,
soy el adiós que te dejo.
Caballero sin espada,
yo soy el joven y el viejo.
Soy este verso que acaba.
¡Mentira. Mentira!
Los versos nunca concluyen,
pero en ocasiones se extravían
¿Quién puede hablarme de ellos?
Del niño, haciendo un poema a la novia.
Del loco adolescente enamorado,
del viejo buscando juventud,
en un cuerpo ajeno.
Ensayos de un poeta ausente,
enfrentando al viento,
con el pecho desnudo.
Con la garganta adolorida,
por hablar sus verdades.
Y como Bolívar
En San Pedro Alejandrino.
Decepcionado, por una grandeza;
que se transformó en tristeza,
entrego una vida,
vida que nunca, fue mía.
Conceptos van, conceptos vienen.
¿En que te volviste vida, en 1936?
En aquella España de “Franco”
Cuando la tortura se hizo una constante,
él sufrir una realidad,
Y sentí tu dolor “Málaga”
Aquel 1937, cuando la muerte te tocó.
Cuando mujeres, ancianos y niños.
Fueron exterminados por la locura
La locura de un “Franco”, de un “Hitler”
De un prepotente y equivocado “Mussolini”
de un absurdo Fascismo;
lo mismo vivió “Almería”.
Y España lloró a sus hijos,
que triste es ver llorar a una Patria.
No olvides a tus muertos
¡Suelo mío!
Porque el olvido es,
como una segunda muerte.
Y tú dolor “Guernica”,
lo tomó Picasso.
Haciendo de la muerte un arte,
y el tiempo transcurrió.
Todo se convirtió en historia,
páginas amarillas, que alguien hojea.
Pero ¿Quién borra las lágrimas?
La tragedia ya vivida.
El horror hecho poesía.
Así te mataron “Federico”,
nuestro “Lorca”, poeta eterno.
Hoy te recuerdo en mis versos,
y me pregunto.
¿Por qué tanta locura?
Tanta discriminación enferma
¡Si todos somos iguales!
Parte de un mismo cuadro
¿Por qué tantas diferencias?
No sé, sólo soy poeta,
un loco filosofando.
Yo partiré, estoy claro,
Yo diré cuando.
Sé que se cierran los ojos,
el sendero es muy brillante,
ves a lo lejos un cuerpo.
Del que ya no formas parte,
libre te sientes de eso.
Ahora puedes volar.
Y te llevan, porque te llevan.
¿Qué te pasa hijo? Te noto distante.
Me dice mi madre preocupada. Yo la abrazo, le agradezco haberme traído al mundo; agradezco su amor, su entrega, pero ya, no quiero estar más aquí.
No le cuento a ella, que el portal me mostró lo que viene y es horrible. Sin agua, catástrofe tras catástrofe, guerras, virus, muerte, desolación. No tiene futuro el futuro. Un agujero de muerte lo devorará.
Por eso estoy aquí, no crean que ando sólo, ellos están conmigo, me lanzo al vacío, mi cuerpo se entrega al aire, a la nada, aquí estoy muerte, abre tu portal a mi alma, libre soy de ti mundo enfermo. Todo acabó.
Hay un umbral, mucha luz, caminó como flotando, mis pies no tocan el piso, es la libertad del alma, atrás vienen ellos, sigo oyendo sus voces, incluso, he reconocido algunas. Hay un Dios, un creador, un ser superior, un padre.
Voy hacia él y es un nuevo comienzo.
¡
Bravo Giovanna por tu regio poema existencialista.
Son tantas las aristas que enfocas que sería todo un compromiso clasificarlo como surrealismo.
Hoy escribía por cierto de la inefable vida unas líneas
para un amigo de nombre Carlos Armijo…
Creo que fue el sabio Demóstenes quien lo dijo,
o acaso sería yo desde mi bancada tarima de tiro fijo
y a una nula audiencia me dirijo…
Si su merced está harto de los malos rastros
que dejan políticos cual cometas o astros,
yo más harto estoy de los más inhábiles y nocivos,
los llamo por su exacto nombre… demagogos y politicastros.
Y estoy harto y voy a decirlo sin piruetas ni rodeos, pues soy honesto y no me arrastro,
me tiene ya hasta la coronilla la función en su marasmo
de una sociedad manejada por falsos líderes adulados por poetastros.
Me tiene harto el uso de los medios con mente por y para jumentos y asnos,
con el abuso de la mujer como símbolo sexual en un mal traducido orgasmo,
que si desnudas están las flores para polinizarse en tiempo exacto
que no están vestidas en primavera y que con la ley del ojo por ojo,
los ciegos tomarán el mando desde un hospital con camastros.
De lo que no estoy harto es de la luz al final del túnel y de la naturaleza en su entusiasmo,…
por brindar fe y esperanza con un arco iris, pese a los fuertes golpes de bastos,
es decir de desastres naturales que no son otra cosa que catástrofes
a causa del “humo vano” que deja el irracional humano
y me disculpan el sarcasmo, un poco ligado con tal cual pleonasmo.
Saludos cordiales
Me agrada el pensamiento libre y qué lo guía la conciencia, el conocimiento sano y bien aplicado. Excelente tú comentario
Gracias