Estado Civil: Felizmente sin media naranja
Desde niñas a través de los cuentos de hadas, películas y series infantiles aprendes a soñar con el anhelado príncipe azul, ese primer amor con el que te casarás y serás feliz por siempre, siendo esta tu primera experiencia fantástica sentimental, convirtiéndose con el pasar del tiempo en una meta a cumplir: Casarte, tener hijos y un hogar feliz.
Estas historias te hacen creer en conceptos irreales sobre el amor y medias naranjas y peor aún te generan la idea que una mujer soltera vive amargada, infeliz, incompleta y necesita un esposo urgente para que la rescate de ese abismo.
Estas historias te hacen creer en conceptos irreales sobre el amor y medias naranjas y peor aún te generan la idea que una mujer soltera vive amargada, infeliz, incompleta y necesita un esposo urgente para que la rescate de ese abismo.
Con este artículo no pretendo decir que el amor y el concepto de familia no es importante, todo lo contrario, intento enfatizar que más allá de un “fueron felices para siempre” hay un mundo lleno de oportunidades para ti.
Lamentablemente el matrimonio en algunas culturas se sigue catalogando como una meta primordial y tiene más peso que un éxito profesional. Aún en plena época de globalización y modernismo una mujer que tenga 29 años de edad y este soltera es algo catastrófico, te crean prejuicios errados que la soltería es estar incompleta en la vida, es entonces cuando comienza la presión familiar y social, con paradigmas y preguntas absurdos tales como:
– Si llegas a los 30 años sin hijos ya estas vieja para tenerlos.
– Cuando te vas a casar?
– Si no tienes hijos te vas a quedar sola, cuando seas anciana.
– Eres una solterona.
– Si no te casas imagina tu futuro: Sola, sin esposo, sin hijos, amargada.
Y así es como te van produciendo toda una película de horror en tu vida, solo por el hecho de no tener pareja, causándote heridas y falsos espejismos.
En ningún libro de vida está escrito que debes obligatoriamente casarte y tener hijos antes de los 30 años de edad.
Rara vez crean una película donde la protagonista o princesa sea presidenta de un país, escritora profesional, una exitosa deportista, astronauta o simplemente una mujer feliz desempeñando un oficio que le apasione, la figura femenina siempre anda en busca del amor o de su media naranja.
El matrimonio y el concepto de familia no está mal y mi intención no es catalogarlos como algo del siglo pasado, todo lo contrario, intento derribar creencias dañinas sobre la soltería en la mujer. El estado civil no es un factor decisivo de tu felicidad, es solo eso, un estado civil. No te dejes llevar por esos estigmas absurdos de época medieval.
Para poder compartir tu vida con una pareja, primero debes sentirte completa, plena, dichosa y realizada en todos los ámbitos o al menos en la mayoría de ellos, y menciono en la mayoría porque como ser humano siempre estas en constante aprendizaje.
Vive tu vida sanamente, haz el viaje que tanto anhelas, gradúate en la universidad si así gustas, aprende un oficio si te sientes más cómoda, comparte con amigos y familia, disfruta tu soltería y fortalece tu amor propio antes de casarte.
Todas las situaciones en tu vida tiene su tiempo perfecto, y en el momento que menos piensas sin buscarlo llega tu amor ideal, mientras tanto sigue siendo feliz y disfrutando de estar “Felizmente sin media naranja”.
