Entrega mortal


Ya no importa lo que fuimos juntos
ni esos delirios que proclamamos,
si ahora se hayan tristes y difuntos
aquellas voces de amor que dejamos.
Fue mucho o muy poco el momento
cuando nuestros cuerpos bailaban,
en ese universo pleno tan nuestro
que las heridas con mimos sanaban.
Acaso el mutuo deseo de amar otra mitad
llevo al exilio nuestras propias convicciones,
pues en cada acto de amor y entrega mortal
los egoísmos deseos eran contradicciones.
Será que utilizamos nuestro propio miedo
como la salvación a nuestra expectativa,
que quizás veíamos a la soledad con enredo
Y esa breve sensación de propiedad adictiva.
Saludos Adriana. Me encantó tú Entrega mortal”. Esa interacción necesaria, en qué a veces das todo, para recibir nada. Somos energía que fluye, pero sin un destino definido.
Seguiré leyendote, te felicito