El “traspaso” del poder en Chihuahua a inicios del siglo XX.

terrazas creel 1

El plan de Porfirio Diaz por acabar con el poder de Luis Terrazas había resultado infructuoso ante un manejo hábil de redirigir las crisis que había provocado el mismo al ir socavando los pactos ancestrales que existían entre los terratenientes con los hacendados, por lo que el gobierno federal quedaría como el villano al reprimir rebeliones como la de Tomóchic mientras Terrazas incrementaba sus riquezas e iba reposicionándose para volver a ocupar la jefatura política del estado. Fue así que en 1903 Terrazas vuelve a la gobernatura con el apoyo de los rancheros, quienes tenían la esperanza que el viejo cacique quien había combatido a los conservadores y a los apaches habría de restituir el antiguo orden, pero como ya no existía el enemigo en comun que encarnaban los apaches hacía que Terrazas pudiese prescindir sin problemas de los rancheros, además que había logrado convertirse a los ojos de Diaz en un aliado fundamental para el desarrollo del país y lo hizo su socio, además de haber logrado esconder que él estuvo detrás de los rebeldes de Tomóchic y como los dejaría a su suerte ante el ejército federal.

Los años como caudillo de Terrazas y su profundo conocimiento de la politiquería chihuahuense lo convertiría en un hábil mandatario donde por un lado seguía manteniendo su imagen como líder del pueblo y del otro seguía avanzando en su objetivo de amasar el monopolio absoluto del poder, siendo su táctica favorita la de atender los reclamos de los pueblos donde sabía que existía un potencial rival para desprestigiarlo y acabar con la amenaza. Era obvio que sus intenciones para estar al mando del estado no fueron por amor al pueblo sino el de crecer su fortuna, por lo que cuando veía que la cantidad de reclamos por resolver se le iban acumulando se zafaba renunciando al cargo para poner a un pariente como remplazo y con eso ante la imagen pública lograba mantener su autoridad como caudillo, que para esos años tenía como justificación apremiante su avanzada edad. Con solo un año de haber estado en la gobernatura, le traspasa el poder a su yerno Enrique Creel, quien a diferencia de Terrazas pertenecía a una familia aristocrática y poseía un nulo contacto con el pueblo, por lo que su gobierno se caracterizara por su crueldad y por ser la tapadera para que su suegro continue despojando las tierras del estado.

Uno de los proyectos de infraestructura donde Creel tendría especial interés fue la construcción de nuevas vías ferroviarias en el occidente del estado por parte de las compañías Mexican Northwestern y la Kansas Orient and Pacific Railroad, por lo que era necesario expropiar la mayor cantidad de terrenos en esta zona para poder darle factibilidad a la realización de estos negocios, por lo que el congreso estatal aprueba una ley donde le permite al gobierno del estado destituir a los presidentes municipales para colocar gente allegada, esto era importante porque los presidentes municipales eran la herramienta que tenía el pueblo para defender sus derechos. Esta ley promulgada en 1905 se pasaba los límites impuestos por la misma Constitución de 1857, como lo era la necesidad de contar con el arbitraje del gobierno federal para reemplazarlo el mismo Creel, también quitaba el límite que implicaba la expropiación de terrenos para crear propiedades individuales para los miembros de la comunidad para favorecer el acaparamiento de las empresas, todo esto hizo que los que se habían convertido en prósperos granjeros pasaran a ser rancheros pobres a quienes solo les habían dejado parcelas pequeñas para apenas sobrevivir y se esperaba que ellos pasaran a ser la clase trabajadora de las empresas.

Con este entramado creado para dejar al gobernador con el poder absoluto para disponer de los terrenos del estado, los rancheros se encontraron en un callejón sin salida al tener a un sistema donde todo estaba en su contra, ya que sus quejas eran pasadas de las autoridades municipales a las estatales y de ahí se iban a las instancias judiciales, pero como estas tenían el control del gobernador quedaban sin efecto, teniendo que dirigirlas al gobierno federal y este simplemente las ignoraba para dejar al gobernador seguir ostentando su poder. Sus primeras víctimas fueron el eslabón más débil de la sociedad chihuahuense, los indígenas tarahumaras, de quienes era muy fácil aprovecharse por su analfabetismo y completa ignorancia del estado de derecho podían despojarlos de sus tierras sin problemas, como ocurrió con el caso del pueblo de Temeychic que estaba siendo presa del despojo por parte de Alberto y Felipe Terrazas (hijo y pariente respectivamente de Luis) donde el gobierno federal los dejo a su merced. Otra muestra la tenemos en una protesta en 1908 dirigida por José Vega hacia la Secretaría de Fomento donde reclama los derechos a la tierra de los tarahumaras que estaban siendo víctimas de un señor Sandoval, dándoles como “solución” volver a comprar las tierras o dirigirse al gobierno de Chihuahua.

Es así que el gobierno federal actuó como cómplice del gobernador Creel al hacer oídos sordos a los reclamos de los indígenas chihuahuenses, motivando a que se diera el siguiente paso de lanzarse en contra de las comunidades rancheras al permitir a los hacendados borrar los viejos pactos que tenían para hacer uso de las tierras. Como parte de la alianza entre los potentados con los rancheros en la guerra apache, los primeros daban permiso a que los rancheros pudiesen aprovechar los pastizales para alimentar su ganado como forma de pago por sus esfuerzos en la defensa, pero con la derrota de los apaches y la dinamización del mercado fronterizo, el ganado se convirtió en una fuente de riquezas y sin más los hacendados procedieron a cercar sus terrenos para negar el paso a los rancheros, aumentando con ello el trabajo de las compañías deslindadoras y los rancheros empezaron a juntarse para proteger sus derechos por costumbre, donde esta vez la negativa a resolver los casos acarrearía consecuencias más graves al nivel estatal y nacional.

Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.

Federico Flores Pérez.

Bibliografía: Friedich Katz. Pancho Villa, vol. 1

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Imagen:

Izquierda: Anónimo. Luis Terrazas, gobernador de Chihuahua, 1900.

Derecha: Harris & Ewing. Enrique Creel, ca. 1905. 

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