El sufragismo de las mujeres en México.


Fue en los tiempos del Porfiriato donde empezaron las primeras señales por parte de las mujeres quienes buscaban un lugar más protagónico en la toma de decisiones en la sociedad, por lo que, al estallido de la revolución, esta clase alta que había sido perceptiva a estas ideas de igualdad buscarían empezar a influir en las políticas promovidas por las facciones revolucionarias. Uno de los primeros intentos fue el de Hermila Galindo, quien había sido secretaria de Venustiano Carranza y donde aprovecharía su posición para postular su programa en el Congreso Constituyente de 1916, pidiéndole a los diputados para que integrasen en la nueva constitución la igualdad de las mujeres tanto en los derechos como en la necesidad de que se le den un pago justos por su trabajo al ser el sostén de muchos hogares, siendo contestada la falta de sus derechos que a la falta de un movimiento en forma, indicaba que las mujeres no se veían vulneradas en sus vidas porque los hombres siguiesen al mando.
Pero esto no era del todo cierto, ya que paralelamente en ese mismo año el gobernador constitucionalista Salvador Alvarado había promovido en Yucatán el Primer Congreso Feminista, donde llegaron a participar 700 mujeres pertenecientes al magisterio, donde se llegaron a las conclusiones de la necesidad de impartir una educación laica e igualitaria, pero sobre todo fue una de las primeras manifestaciones donde se pedía por el sufragio femenino al nivel municipal. Este seria un importante antecedente que fue retomado por los crecientes grupos feministas, organizándose desde los años 20 hasta 1935 una serie de congresos donde el movimiento sufragista se empezaría a ligar con otros nacientes de Hispanoamérica, así como de los de la lucha obrera que pedía una mayor justicia por su trabajo, siendo muy importante el Primer Congreso Feminista de la Liga Panamericana de Mujeres de 1923 donde se dieron las directrices a diferentes organizaciones para impulsar la agenda de los siguientes años.
Un aliado fundamental para la lucha feminista fueron los comunistas, quienes tenían su principal influencia en el magisterio y congregaban en su movimiento los reclamos populares, consolidando la agenda derivada del sufragismo estadounidense. Todo esto tuvo su coyuntura a partir de 1934 con la instauración constitucional de la educación socialista, la cual apelaba el papel de las madres de familia como las primeras educadoras que tienen los niños, por lo que era fundamental su participación en las decisiones de la sociedad y como la educación era base para llegar a la igualdad. En 1935 se forma el Frente Único Pro Derechos de la Mujer en un congreso organizado en el Teatro Hidalgo donde participaron diferentes grupos estatales, llegando a ser conformado por hasta 50,000 socias pertenecientes a diferentes sectores sociales, todo esto iba encaminado para que el PNR se movilizase a su favor y lograran sus objetivos, sobre todo al contar con la ayuda del presidente Lázaro Cárdenas. El gobierno se vio presionado por la movilización de los grupos feministas quienes llevaron a cabo diferentes manifestaciones lideradas por Soledad Orozco, por lo que para 1938 tanto la presidencia como el Congreso estaba dando señales de que pronto habría de lograrse los objetivos. Pero las cosas a finales del sexenio cardenista se iban complicando con los malos resultados que estaban dando sobre diferentes sectores, existiendo la amenaza de que el PNR perdiese el poder a manos de la oposición conservadora, sobre todo se espantaron por la experiencia española donde el voto femenino les dio una amplia ventaja a los partidarios de la Iglesia, por lo que decidieron frenar el derecho al voto femenino y el Frente pierde influencia.
El cambio que tuvo que dar el grupo en el poder al otorgarle el poder a Manuel Ávila Camacho le dio al naciente PRM un giro conservador sobre la visión de las mujeres en la sociedad apelando a los valores de la sociedad mexicana, por lo que las sufragistas tuvieron que hacerse presentes mediante publicaciones donde seguían impulsando su programa en la sociedad o en diferentes congresos nacionales e internacionales. Con la llegada de Miguel Alemán en 1946 estuvo acompañada con una iniciativa modernizadora para el país, siendo las reivindicaciones feministas uno de los puntos a impulsar, por lo que empieza a darles lugar en forma de comisiones tanto en el PRM como en sus organizaciones sindicales que prestaban lealtad al presidente, pero una de sus principales concesiones fue el permitirles la participación en las elecciones municipales, dividiéndose el feminismo entre las que le tenían lealtad al presidente y las antiguas miembros del Frente quienes eran más críticas y le exigían cumplir con la agenda completa.
El punto culminante se dio a partir de 1952 con la llegada de Adolfo Ruiz Cortines junto con la última transformación política con el PRI, la cual les otorgaba a las crecientes clases medias una mayor importancia dentro del orden revolucionario. Fue este el contexto donde el presidente Ruiz Cortines se mostró muy abierto a las solicitudes de las feministas, quienes tuvieron como sus interlocutoras a Margarita García Flores quien dirigía el grupo Acción Femenil del PRI, y a la presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres Amalia Castillo Ledón, haciendo que cuando toma posesión dejo en claro que una de sus prioridades era la de la lucha feminista. Es así que en sus primeros días manda la iniciativa al Congreso y durante 1953 el legislativo trabaja para cumplir con el mandato presidencial, por lo que en octubre de ese año se decreta en el Diario Oficial, ayudando con esto a profundizar el arraigo social del PRI al lograr ganarse su preferencia al dejar participar a la mujeres en las elecciones federales del 3 de julio de 1955, logrando con esto que la mayoría obtenida antes de 1952 que rondaba alrededor del 75% se convirtiese en un 90%, consolidando su hegemonía política al dar un paso importante a la igualdad social.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.
Federico Flores Pérez.
Bibliografía: Enriqueta Tuñón Pablos. Tres momentos claves del Movimiento Sufragista en México, 1917-1953, del libro La Revolución de las Mujeres en México.
Imagen: S/D. Mujer votando por primera vez. 1955

