El que se enoja pierde: Siete pasos básicos para controlar el enojo


El enojo es una emoción natural que surge ante situaciones que causan malestar, dolor, miedo, ofensa o amenaza. Sin embargo, enojarse frecuentemente no significa tener un carácter fuerte, sino todo lo contrario, esto es un concepto erróneo.



Esta emoción es perjudicial para la salud física y mental, así como para las relaciones personales y profesionales. Por eso, es importante aprender a gestionarla de forma adecuada y positiva.
En este artículo, te compartiré siete estrategias básicas para buscar un alivio y dejar de estar enojado, ayudándote a conseguir paz y armonía con tu entorno y cultivar tu inteligencia emocional.
El enojo es producto de una respuesta emocional, que suele ser problemático, cuando se vuelve intenso y frecuente, puede afectar el bienestar físico y mental de la persona, provocando estrés, ansiedad, dolores y problemas cardiovasculares, además, de dificultar la comunicación y el entendimiento con los demás, generando conflictos y malestar. Por eso, es importante aprender a reconocer las causas del enojo y buscar soluciones.
Al experimentar enojo, el cuerpo libera hormonas que aumentan la energía, como la adrenalina y la noradrenalina. Estas hormonas provocan que la persona se sienta más alerta y activa, pero también pueden causar problemas de salud si se mantienen por mucho tiempo, porque se puede llegar a desarrollar una leve adicción a estos químicos y buscar inconscientemente situaciones que provoquen rabia o enojo. Esto puede generar una dependencia emocional que impide controlar las reacciones y hace a la persona que lo sufre sea más propensa a sufrir estrés, ansiedad o depresión.
Siete pasos básicos para controlar el enojo
1.- Identifica la fuente
El enojo es una emoción que surge cuando se enfrenta a una situación que se percibe como mala o injusta, se convierte en una alerta natural que te indica que algo va a cambiar.
Para aprender a manejarlo de forma saludable, es importante identificar la fuente de esta emoción y seguir estos sencillos pasos:
– Ser consciente de lo que estas sintiendo y por qué: No dejarte llevar por el impulso de reaccionar de forma agresiva o violenta, sino de observar las emociones con calma y objetividad.
– Autocontrolar tu conducta: Respirar profundamente, contar hasta diez, alejarte de la situación en conflicto o buscar una distracción positiva, para calmarte y evitar actuar de manera impulsiva.
– Tomar una decisión sobre cómo responder: Una vez que estas más tranquilo, puedes evaluar la situación con más claridad y buscar la mejor solución. Puedes expresar tu enojo de forma asertiva, sin insultar, ni ofender a nadie.
– Revisa tu progreso: Después de haber enfrentado la situación que te provocó el enojo, reflexiona sobre cómo lograste resolver y qué puedes mejorar, reconoce tus logros y aprende de los errores.
2.- Reconoce los signos de la emoción
Cuando sientas que el enojo te invade, presta atención a cómo se manifiesta en tu cuerpo. Tal vez notes que tu respiración se acelera, tus músculos se tensan, tu frente se arruga o tus puños se cierran. Estas son señales de que estás entrando en el ciclo del enojo. Una vez que identificas las alertas estas a tiempo de detener esta emoción.
3.-Toma el control de tus acciones
Debes asumir la responsabilidad de tus acciones. El enojo no te ayuda a resolver los problemas, sino que los empeora. Cuando actúas impulsivamente, puedes causar daños irreparables en las personas que te importan. Por eso, antes de actuar, pregúntate cómo se sentirá la otra persona con lo que vas a hacer.
Así podrás darte cuenta de que el enojo no es tu aliado, sino tu enemigo. Es mejor que aprendas a controlar tus emociones y actuar con inteligencia y sensatez, en lugar de dejarte llevar por la ira.
4.- Toma el control de tu estado emocional
Una forma de tomar el control es entender tus emociones y las razones que las provocan. Puedes usar un diario emocional para reflexionar sobre lo que sientes cada día y cómo puedes mejorar tu bienestar psicológico.
Puedes trabajar la autoaceptación, la paciencia, el optimismo, el amor y la gratitud, son actitudes que favorecen el control emocional y ayudarán a lidiar con la situación de manera más efectiva.
5.- Entiende que el dolor proviene del orgullo
Para superar el enojo, debes comprender que, lo que te hace sufrir no es lo que te hizo daño, sino tu reacción ante ello. Cuando alguien te hiere, humilla o rechaza, tu orgullo se siente amenazado y responde con ira para defenderse.
Pero esa ira solo te causa más dolor y te aleja de la paz interior, la clave está en reconocer que tu orgullo es el problema, no la solución. Solo así podrás liberarte de la influencia negativa de los demás y buscar un cambio positivo en ti mismo.
6.- Mantener una comunicación precisa
Una solución práctica y poderosa es el diálogo, pero muchas veces no sabemos conversar y evitamos la seriedad usando el humor para aliviar la tensión, con memes, burlas y chistes, pero depende de nosotros cambiar el diálogo.
Si tienes un problema con un amigo, familiar o tu pareja, busca crear una conversación honesta y escucha a la otra persona y luego expresa lo que piensas. Aunque sientas pereza, enojo o miedo, busca construir espacios de diálogo activamente.
7.- El perdón
Cuando entiendes que tu orgullo es la fuente de tu sufrimiento dejas de culpar a los demás por el dolor que sientes, si crees que tú eres la víctima está decidiendo entrar a una jaula y despreciar todo tu poder, en cambio al desarrollar humanidad, valentía y amor podrás evitar caer en el enojo, el odio y la agresión.
Al reconocer tu máxima responsabilidad logras desarrollar un corazón dispuesto a perdonar, es importante que sepas, que el rencor puede destruir tu vida, por lo tanto intenta perdonar y liberar a todas las personas que te siguen afectando, especialmente a aquellos que físicamente ya no están, pero que aún te siguen causando sufrimiento.
Conclusión



Tal vez has visto en algún lugar público has visto a una madre excusar a su hijo por un berrinche, manifestando que su comportamiento es debido a su fuerte carácter, sin embargo, un berrinche no es una señal de carácter fuerte, sino de una emoción intensa que por ser un niño no sabe cómo manejar. Por eso, es importante ayudar y guiar a los niños a canalizar su enojo desde temprana edad, enseñándole a expresar lo que siente y a buscar soluciones constructivas.
En cambio, un carácter fuerte se basa en tener una autoestima alta, saber lo que se quiere y enfrentarse a los miedos, no en reaccionar con ira ante cualquier frustración.
Con el enojo no se logra resolver ninguna situación en la vida, al contrario la empeora. Cuando surge la ira, se pierde la capacidad de dialogar y resolver los problemas de forma constructiva. Esta emoción también puede deteriorar vínculos con las personas más queridas, familia, pareja, hijos, amigos y colegas. Por eso, es importante aprender a manejar el enojo de manera asertiva y respetuosa.
No es saludable ir por la vida siempre enojado, golpeando a todo lo que te molesta, porque hay leyes y normas sociales que se deben cumplir y respetar. La habilidad de manejar el enojo y tener sentido común son esenciales, te permiten saber los límites de cómo esta emoción te puede afectar. Algunas personas que se enfadan no insultan, agreden o gritan, sino que se aíslan socialmente, se vuelven amargadas, son muy irritables y de mal genio al trato.
Algunos especialistas sugieren reprimir el enojo, transformarlo y no exteriorizarlo. Sin embargo, en mi criterio propio no comparto esa idea, creo que lo más adecuado es controlarlo, porque de eso se trata, no de dejar que esta emoción domine, afecte y arruine nuestro entorno, porque como dice el viejo refrán: El que se enoja pierde.