“El guardian de la Luna “🌙
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía una niña llamada Ana. Ana era una niña curiosa y aventurera que siempre buscaba nuevas emociones en su vida. Una noche, mientras paseaba por el bosque, Ana se encontró con un pequeño duende que brillaba con la luz de la luna. El duende estaba sentado en una roca, mirando hacia la luna llena.
Ana se acercó cautelosamente al duende y lo saludó. El duende levantó la cabeza y sonrió a Ana con sus grandes ojos verdes. “Hola, pequeña”, dijo el duende. “¿Qué te trae por aquí esta noche?”
Ana se sorprendió al escuchar que el duende podía hablar. “Estaba dando un paseo por el bosque”, respondió ella. “¿Y tú, qué haces aquí?”
“Estoy esperando a que la luna se eleve en el cielo”, dijo el duende. “Soy el guardián de la luna, y estoy aquí para asegurarme de que brille con su luz más brillante”.
Ana quedó asombrada al escuchar esto. Nunca había oído hablar de un guardián de la luna antes. “¿Puedo ayudarte en algo?” preguntó ella.
El duende sonrió de nuevo. “De hecho, hay algo que puedes hacer”, respondió. “La luna necesita la energía de la gente de la tierra para brillar con su luz más intensa. Si me das un poco de tu energía, puedo asegurarme de que la luna brille más fuerte”.
Ana estaba un poco nerviosa, pero decidió confiar en el duende. Le entregó un poco de su energía, y el duende la recibió con gratitud. Luego, el duende se levantó y comenzó a bailar alegremente alrededor de Ana. Mientras bailaba, su cuerpo comenzó a brillar aún más con la luz de la luna.
Finalmente, el duende se detuvo y miró a Ana con agradecimiento. “Gracias por tu ayuda”, dijo. “Ahora la luna brillará más fuerte que nunca. Y siempre que la veas en el cielo, sabrás que has contribuido a su brillo”.
Ana se sintió feliz y emocionada al escuchar esto. Desde ese día en adelante, siempre que veía la luna llena en el cielo nocturno, pensaba en el pequeño duende que la cuidaba con tanto amor y dedicación. Y aunque nunca volvió a ver al duende de la luna, siempre lo recordaría como una de las criaturas más mágicas y maravillosas que había conocido en su vida.
