EL GATO DANZANTE
Hace mucho, mucho tiempo, en el parque de Animaux Ville, un gato atigrado naranja bailaba sobre un escenario construido por los animales que ahí habitaban. Todas las mañanas la mayoría de los animales acudían al parque para ver el baile del gato danzante, al final de cada presentación, emocionados por las hermosas danzas, se acercaban a él para felicitarlo. Aunque solo una joven nutria no lo hacía, ella quería estar sobre aquel escenario, pero se sentía incapaz de hacerlo y eso le enojaba mucho.
Así que cierto día como ya era cotidiano, nutria asistió a la presentación del gato danzante, mientras el gato bailaba y bailaba, nutria pensaba.
-Si yo no puedo estar sobre ese escenario, ¡nadie lo estará!
La joven nutria decidida fue a las escaleras de la tarima y a uno de los escalones le unto grasa sin que nadie lo viese.
El gato finalizando su danza, agradeció y empezó a bajar sin percatarse de lo que había hecho nutria, en aquel momento, resbaló y cayó, torciéndose su patita derecha, debido al dolor empezó a llorar muy fuerte.
¡Miau! ¡Miau! ¡Miau! – exclamaba el gato adolorido. Los animales asustados por los fuertes maullidos empezaron a abandonar el lugar, no estaban dispuestos a ayudarlo.
La joven nutria sintiéndose tan culpable del dolor que emitía el gato corrió a buscar al médico búho, para su buena fortuna, lo encontró rumbo al parque.
-¡Señor búho!, ¡ Señor búho!, ¡Ayude al gato danzante!, acaba de caer del escenario y está sufriendo mucho- dijo nutria muy triste.
Entonces, nutria junto con el médico búho fueron rápidamente al lugar, el gato todavía seguía llorando. El médico se acercó e inicio con la revisión, cuando la patita del gato estuvo curada se despidió de ambos.
Nutria ayudó al gato a levantarse y lo acompañó a su casa, en el camino le contó que era culpable de su caída, las razones que tuvo para hacerlo y finalmente le pidió disculpas.
El gato entendiendo la situación contestó.
-Yo te disculpó querida nutria, como no hacerlo, si fuiste la única que se preocupó por mí a pesar de que no soy de tu agrado, ¿Quieres ser mi amiga?
La joven nutria muy alegre respondió: ¡Claro que quiero ser tu amiga!
Desde ese día, la nutria y el gato bailan juntos en el parque, los demás animales los adoran, pero saben que ellos en sus momentos más difíciles los abandonarán, aunque el gato y la nutria nunca lo harán, permanecerán juntos en todo momento.
FIN.