El filibusterismo estadounidense en Norteamérica.


La piratería dejaría como su legado la presencia de diferentes términos con que se designaban a las diferentes clases de piratas, por un lado estaban los corsarios quienes obtenían el patrocinio de una nación, el pirata para el que atacaba las poblaciones costeras, el bucanero era quien se dedicaba a atacar tanto en altamar como en tierra y también estaba el filibustero, palabra de origen holandés y ocupado para los que poseían embarcaciones ligeras y se dedicaban a los ataques de las poblaciones costeras. Si bien en el siglo XVIII la piratería empieza a entrar en declive debido a los acuerdos entre España, Gran Bretaña, Francia y Holanda, quedarían algunos grupos locales dedicados al bandidaje y que ya no representaron una amenaza para los dominios coloniales, pero los que empezarían a incorporar estas prácticas fueron los recién independizados estadounidenses, quienes movidos por la ideología mesiánica del “destino manifiesto” y su visión providencialista, hizo que agrupaciones independientes se asegurasen de incentivar el expansionismo tanto en las tierras indígenas como en los territorios europeos bajo la máscara de la libertad, pero el gobierno estadounidense siempre se desentendía de sus acciones y esto hizo que empezasen a ser nombrados como filibusteros.
La presencia de estos grupos la tenemos desde inicios del siglo XIX con la decadencia del poder español, dando lugar a la presencia de aventureros estadounidenses en zonas como el septentrión donde intentaron por un lado explorar aquellos territorios, comerciar con las poblaciones novohispanas o de plano apoyar los movimientos independentistas como sucedió en Texas y La Florida, convirtiéndose pronto en una amenaza latente debido al frágil dominio de aquellos territorios debido su baja población y a la pobreza de sus habitantes. México no era el único punto de mira de los filibusteros, los dominios británicos de Canadá eran territorios muy ambicionados tanto por ser una afrenta para los ideales independentistas el mantener al otro lado de la frontera a su opresor y sobre todo por tener las condiciones para lograr su invasión por su poca población, teniendo así la libertad de poder disponer de aquellos terrenos. Si bien el gobierno se vio forzado a promulgar leyes para combatir el filibusterismo como la ley de neutralidad de 1818, el arraigo popular del espíritu expansionista hacía que se siguiese alentando la generación de estas expediciones ilegales, sumándole la protección de los estados sureños quienes eran los principales interesados en la expansión militar para difundir sus negocios basados en la agricultura.
Una de las alicientes para los estadounidenses sobre la expansión fue la promoción primero de las autoridades españolas y después por las mexicanas de aceptar migrantes para poblar aquellos territorios gigantescos como Texas, ya que no había disponibilidad de colonos españoles o mexicanos quienes no veían ningún atractivo para instalarse en regiones donde se requería mucho trabajo y estaba permanentemente amenazado por los nómadas, donde solo se pedía su conversión al catolicismo que era más cosmética, porque una vez instalados formaban sus congregaciones protestantes. Esto provocaría la perdida de Texas en 1836 al lograr que hubiese una mayor población estadounidense que mexicana y ante la debilidad del gobierno central, dando lugar al proceso donde se perdería definitivamente los territorios de Nuevo México y California los cuales contaban con una gran presencia de comerciantes y migrantes. Para 1848 se formaliza el despojo del norte con el Tratado Guadalupe Hidalgo, siendo también cuando se dieron a conocer los yacimientos de oro en California, provocando una mayor afluencia de migrantes estadounidenses para poder beneficiarse de la abundancia, pero el acaparamiento de las principales minas dejaría un importante contingente de aventureros a búsqueda de fortuna.
Estas fueron las condiciones donde a partir de 1848 se generaría la segunda oleada de expediciones filibusteras donde lideres carismáticos conformaron contingentes de aventureros donde usando el espíritu del “destino manifiesto”, el racismo, la debilidad y tiranía permanente de los gobiernos hispanoamericanos o el aparente abandono de los territorios canadienses los dirigían a tomar posesión de esas tierras que supuestamente necesitaban de su presencia para poder llevar el progreso. Además de los aventureros sureños que quedaron sin un medio de vida de la “fiebre del oro” californiana hay que sumarle a un importante número de soldados rasos y exoficiales que quedaron sin empleo después de la invasión a México, también hay que agregar a la copiosa migración europea que no paraba de llegar a la “tierra de las oportunidades” y que no habían conseguido ningún medio de vida o esperaban alcanzar la gloria. La idea colonizadora estaba muy arraigada en la cultura popular, como lo vemos en la serie de relatos, canciones, obras teatrales y otros medios de entretenimiento donde la figura del aventurero era considerada como un héroe digno de culto e impulsaba a los jóvenes a tomar su ejemplo.
Fue muy común que en los pueblos llegasen estos lideres a hacer reuniones para conseguir voluntarios para armar las expediciones e ir más allá de las fronteras, aprovechando este medio para recaudar fondos aprovechando la fascinación publica por estas figuras, conformando verdaderos contingentes variopintos donde había campesinos, vagabundos, exmilitares, criminales y cualquiera que se quisiera arriesgar por conseguir riquezas rápidas. Es así que a finales de la década de los 40 y en los 50 vamos a ver un aumento de la cantidad de incursiones filibusteras sobre las naciones vecinas, siendo una de las zonas más atacadas el noroeste mexicano conformado por Baja California y Sonora, también encontraremos estos grupos en la frontera noreste, llegaron a hacerse presentes en el movimiento independentista en Cuba y alimentaron los conflictos entre británicos con canadienses como la rebelión feniana, pero el filibustero que llegaría a mantener cierto éxito fue William Walker quien impulso una invasión a Baja California y Sonora que fue derrotada y logra tomar el poder de Nicaragua como presidente, siendo finalmente derrocado al poco tiempo y fusilado.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.
Federico Flores Pérez.
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Bibliografía: Lawrence Douglas Taylor Hansen. Ataques filibusteros en contra de México y Canadá durante el siglo XIX: Un estudio comparativo, de la revista Secuencia no.37
Imagen: S/D. Tropas filibusteras en formación junto a La Virgen (Nicaragua), 1855.



