El día


Un día descubrí que la cicatrices que deja el dolor hay que enfrentarlas, para cerrar heridas y poder seguir, aunque nos duela mucho la vida continúa. Habrá felicidad ¡si! Pero también decepción y aún así merece la pena vivir, somos como los rosales a pesar del mal tiempo, un sol ardiente y una tierra seca, su hermosura y fragante olor no pasa desapercibido, todos la notan incluso se acercan; la tocan, huelen y lo hacen con mucho cuidado para no pincharse con sus espinas y aún así siempre que la veamos, la tocaremos. La vida es igual, apestan las dificultades, heridas desepciones. Queremos vivirla. Nunca lo olvides, tú eres la rosa que vive a pesar del calor, la tierra árida. Tú sigues con tu belleza y olor fragante demostrando: !aquí estoy y seguiré!