EL CONFIDENTE DE MI INOCENCIA


El relato de una inocente víctima de un cruel depredador, que recibe su castigo por quién menos imagina. Donde se demuestra que cuando hay amor verdadero, la felicidad llega de una manera a veces inesperada a través de un ser divino
CAPÍTULO 1
Me llamo Amanda y tengo un amigo con alas que siempre me acompaña, es una lechuza a la que le puse de nombre Valiente, es muy cariñoso conmigo, puedo contarle mis aventuras, mis juegos, mis sentimientos y sé que me entiende por qué me mira a los ojos sin parpadear y cuando termino de hablar chilla para hacerme saber que le gusto lo que le dije.
Cuando estaba más pequeña lo encontré parado en el alféizar de mi ventana, era pequeño casi no volaba, pero cuando escuchaba pasos se escondía por eso nadie sabía que existía solo yo, en las noches se iba y regresaba en la madrugada, venía a la cama y se acurrucaba a mi lado se sentía tan calentito que ambos nos dormíamos profundamente y al amanecer me picoteaba muy despacio para despertarme, aleteaba un poco y se iba volando
Mi mamá me traía el desayuno, se sentaba a mi lado para acariciarme y ver que coma todo, siempre me decía
—Buenos días, mi campanita de Navidad, ¿dormiste bien? —A lo que yo le contestaba muy feliz
—Si mami, soñé que volaba encima de las nubes, que miraba al sol y atrás estaba la luna escondida esperando que anochezca
Mi mami me abrazaba dejándome un beso en la frente, se llevaba la bandeja y otra vez quedaba sola allí en mi cuarto, entonces entraba por la ventana Valiente, se posaba en mi cama para caminar de aquí para allá y se quedaba parado frente a mí mirándome a mis ojos en forma tan profunda, que me perdía en ellos y me transportaba al cielo
Era como un valle verde con árboles frondosos y bellos, las nubes blancas y redondas, una brisa tibia acariciaba mi rostro y el sonido de su ulular cuando volaba cerca de mí, yo corría tratando de seguirlo, pero volaba bien alto y bajaba en picada y cruzaba cerca de mí haciéndome sentir su brisa del aleteo
—Valiente, espera, llévame contigo, quiero volar, quiero tocar las nubes
Siempre me concedía ese deseo, bajaba y se inclinaba para que pudiera subirme en su lomo y comenzaba a aletear y en unos instantes ya estábamos volando, lo que sentía era indescriptible, mis manos sentían la suavidad de las nubes su esponjosidad, el viento tibio acariciaba mi rostro, yo iba con los brazos abiertos era tan feliz allá arriba
Pero debíamos regresar y al aterrizar para bajarme de su lomo se transformaba en tristeza, pues sabía que debía irse, pero me quedaba la esperanza de volverlo a ver al otro día
—¿Vienes mañana Valiente? —Me contesto con una bella voz melodiosa y tranquila
—Vendré Amanda, ya se acerca la hora —Y se iba después de darme una caricia con su ala
Para mí era una felicidad bella, me llevaba a ese paseo tan hermoso, me hacía ver unos parajes escondidos, las montañas con su majestuosidad, la nieve en sus alturas.
Al mediodía tocaban la puerta y entraba de nuevo mi mamá con su sonrisa a flor de piel, me gustaba verla su piel blanca como porcelana y su sonrisa parecía la de un ángel, que traía mi almuerzo
—Mi amorcito chiquito, vamos a almorzar, mira, te hice este pollito al curry que tanto te gusta y el jugo de arándanos que adoras mi amor
—Mami el jugo que más me gusta, gracias, mami te amo —No sé por qué, pero cada vez que le decía que la amaba soltaba algunas lágrimas
Trataba de hacer de cuenta que no lo notaba y sonreía, los días seguían pasando, me sentía cada vez más cansada, me pesaba levantarme para volar con Valiente, no sabía lo que estaba pasando
Escuche una voz varonil afuera de mi cuarto y mi cuerpo se tensó, me dio miedo, no sé el motivo, no entendía nada, la puerta se abrió y entro un hombre grande fornido, muy serio que solo dijo
—Hola, Amanda, primor, ¿cómo te sientes? —su mirada, su rostro me recordaba algo o a alguien, pero me dio temor que temblé y Él solo dijo
—No temas primor, soy tu tío, ¿acaso no me recuerdas? —lo observé unos minutos y cada vez más sentía más temor de tenerlo cerca, se levantó y comento
—No recuerdas nada, ¿verdad sobrina? —le contesté extrañada
—Recordar ¿qué es lo que debo recordar? —lo miré interrogante y solo rio diciendo
—Nada primor nada, está bien, no recordar, es mejor, jajajajaja —se fue carcajeándose
Cuando se fue mi tío entro Valiente voló hasta la puerta, ululó muy fuerte y rascaba la puerta, la golpeaba con sus alas como si presintiera algo o que no le gustara algo
Después voló hacia mi cama, se acercó muy cariñoso para dar pequeños saltitos y hacerme reír, lo estaba acariciando, cuando de nuevo me vi volando por las nubes se veía a las personas como hormiguitas allá abajo, el sol iluminaba mi rostro sentía lo caliente de sus rayos, me encantaba sentirlos
Jamás me sentía sola en mi cuarto, siempre estaba mi amigo fiel conmigo, mi Valiente en la noche le brillaban sus ojos como faroles cuando pestañeaba, parecía como ver luces encendidas parpadeantes, me hacía divertirme mis risas deben de haberse escuchado porque mi mamá entraba de repente para ver cómo estaba y Valiente se escondía debajo de la cama
—Mi amor, ¿estás bien? —Decía estas palabras mientras observaba la habitación por todos lados como si estuviera muy asustada
—Si mami, estaba acordándome de unos chistes —La escuchaba resoplar y tranquilizarse, venía a darme unos besos en mi frente y me decía con tanto amor y dulzura
—Duerme bien mi amor, mi tesoro —Me abrazaba bien fuerte y se iba cerrando la puerta con mucha parsimonia
Estaba soñando, creo, porque Valiente me llevo hacia el cielo, aterrizo encima de unos bellos prados, caminaba y saltaba sintiendo la humedad de la hierba en mis pies, cuando a lo lejos parecía que alguien estaba sentado en la hierba, caminé para llegar a esa persona y cuando se incorporó dándose la vuelta mi corazón salto de alegría al reconocer a mi papá que había fallecido tiempo atrás nunca supe cómo murió
Corrí hacia sus brazos, me agarro dándome vueltas y vueltas, yo gritaba de alegría y felicidad
—Papi, papi eres tú, síii eres tú, ¿qué haces aquí? ¿Papi, pero qué te paso? — Me miraba con felicidad y alegría, pero cuando le pregunté cambio a la de tristeza y solo comentó
—Vine aquí, hija mía, vine a descansar después de mi muerte, estoy tranquilo solo te estoy esperando a ti mi pequeñita
—¿A… mi? ¿Me estás esperando a… mi? —las dudas comenzaron a llenarse en mi cabeza y le pregunté
—Papi, ¿debo morir yo? —Solo me abrazo diciéndome —No te preocupes de nada mi chiquita
Me dio la mano y comenzamos a caminar por los prados tocando las flores, siguiendo
a las mariposas corrimos tras ella riéndonos como cuando jugábamos los dos solitos
Valiente ululó fuerte para avisarme que ya es hora de regresar, mi papi me abrazo diciéndome
—Adiós mi chiquita, aquí estaré esperándote, siempre estaré aquí
—Adiós papi —Me subí al lomo de Valiente que alzo el vuelo y desaparecimos entre las nubes
Regresamos muy rápido, pues ya estaba acostada en mi cama y a tiempo porque mi mami abrió la puerta con unos pastelitos de chocolate y mi tío entro con unas gaseosas sentándose en el filo de la cama, me miraba tan intenso que me incomodaba mucho, pero al ver a mi mamá sonreí para disimular, ella se fijó bien en mí y comento
—Mi niña tienes ojeras, ¿acaso no duermes bien? —la observe, risueña y conteste
—Si duermo mami, sueño con mi papi —miré a mi tío que esbozo una gran sonrisa diabólica, fría, malévola, mi mamá no se dio cuenta
—Solo son sueños primor, no pienses en eso, lo extrañas al fin y al cabo es tu padre y está muerto
Mi mamá lo miró enojada y reclamo —Roberto, por favor no hables así de tu hermano delante de mi hija
—Bien mujer tanto barullo por un muerto, bah — Se levantó y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí
—Mami acaso mi tío, ¿odiaba a mi papá? — Le pregunté de sopetón a mi mamá y ella contestó
—No mi niña, eran hermanos no podían odiarse, se querían mucho —La miré y pregunté curiosa Mami, ¿cómo murió mi papi?
Su mirada alegre cambio a una de tristeza y solo contesto
—Mi vida lo encontraron muerto a tu lado, estaba protegiéndote de algo o alguien, nunca se supo que fue lo que pasó, una vecina solo dijo que vio una sombra grande cerca de ustedes y que al sentirla a ella acercarse se fue corriendo, no alcanzo a ver de quién se trataba
—¿Y a mí me paso algo mami? Yo no me acuerdo de nada —La vi llorar de angustia pero me dijo
—No mi amor a ti no te paso nada, perdona tesoro debo irme —Me beso en la mejilla y se fue llorando, me quedé pensando porque motivo sufre mi mamá y no hallaba respuestas
CAPÍTULO 2
Volvió a abrirse la puerta y otra vez entro mi tío cerrando la puerta muy despacio para no hacer ruido y se sentó a mi lado diciendo
—Primor así que sueñas con tu papá eh y ¿qué te dice? ¿Puedes contármelo?
Lo observé, no le tenía confianza, me daba un poco de temor que esté cerca de mí, pero le conté lo que sueño y solo sonrió diciendo
—Pero qué bonito sueño has tenido primor, no te contó cómo fue que se murió, ¿verdad? —Lo preguntaba en forma insistente y le conteste
—No, de eso no me dijo nada, solo me dijo que me iba a esperar allí donde estaba, tío, ¿por qué nadie me dice cómo murió mi papá?
Me observo risueño y solo contesto —Porque eres muy pequeña, primor, además qué importancia tiene ya está muerto y solo eso basta saber, me voy
Solo salió cerrando la puerta dejándome llena de dudas. Valiente entró por la ventana y se posó en mi regazo dándome un poco de su calor y tranquilidad, porque quede un poco nerviosa por esa mirada rara de mi tío
Me dio sed y haciendo un esfuerzo salí de mi cuarto para irme a la cocina, pase por el cuarto de mi mamá, entonces escuche ruidos y voces, había un pequeño agujerito a un lado de la puerta y me acerqué a mirar y lo que vi me asusto. Mi mami con mi tío estaban desnudos en la cama y Él encima de ella haciéndola quejarse, retrocedí asustada por lo que vi, me fui sin hacer ruido a la cocina, tome agua y regrese a mi cuarto, no quiero recordar eso feo que vi
Por suerte Valiente no se había ido, me esperaba encima de la cama, recostado con sus alas abiertas, se lo veía imponente cuando se dio cuenta de que había regresado ululó despacio y se acomodó para que yo me acostara, me costó mucho subirme a la cama todo mi cuerpo me dolía, pero lo logré abracé a Valiente solo pensé en mi papá y me dormí, esta vez no lo soñé
Cuando amaneció al abrir mis ojos me los restregué bostezando, vi un bulto en mi cama y era otra vez mi tío de espaldas, me asuste y pregunté extrañada
—Tío, ¿qué hace aquí? —Se levantó a mirarme con esos ojos que me asustan y estaba fumando un cigarrillo, le dio una honda calada, después exhalo el humo y dijo burlón
—¿A dónde fuiste anoche? Te escuché que estabas afuera del cuarto de tu mamá —me sorprendió que me escuchara si yo iba muy quedito sin hacer ruido, pero le conteste
—Baje a la cocina para tomar agua —Solo contesto
—Mmmmm bien, pero demoraste mucho en regresar primor
—Me duele feo el cuerpo tío, camino muy despacito —me miró sonriente preguntando
—¿Sabes por qué te duele tu cuerpito primor? —Lo escuché preguntarme eso y solo me alcé de hombros diciendo
—No sé tío, me despierto y me duele, casi no puedo caminar y cuando voy a hacer pis me arde mucho —Se carcajeó fuerte y comento risueño
—Yo sé por qué te duele todo tu cuerpito primor y tu papá también lo sabía, solo tu mamá no lo sabe —No le entendía nada, me pareció raro que diga que mi papá también lo sabía
Lo observaba como fumaba su cigarrillo mirándome y relamiéndose sus labios cada que exhalaba humo, para mí era muy raro y su sonrisa me daba mucho miedo a tiempo entro mi mamá y se sentó a mi lado diciendo
—¿Cómo te sientes mi chiquita? —Estaba feliz sonriendo bonito, le conteste
—Bien mami, pero me duele mi cuerpito feo, anoche quería agua y caminaba despacito porque me duele, me demoré subiendo las escaleras
—Pero me hubiera llamado mi niña —no dije nada, solo callé, si decía algo se darían cuenta de que los vi, mejor me quedé en silencio y hablo Él de nuevo
—Mi vida vamos al supermercado y le traemos alguna golosina a Amanda —mi mamá enseguida me miró diciendo
—Mi niña vamos al súper y te traemos algo de allá, estate tranquila, mi amorcito — me dio un beso en la mejilla y se fueron
Mientras se fueron una gran sombra asomo en la ventana era Valiente que voló directo a mi cama, se acurrucó encima de mí, yo lo abracé porque lo quiero mucho
Me quedé dormida, soñaba que corría por un campo lleno de flores, pero escuché a mi papá llamándome angustiado
—Amanda, cuidado, escóndete, hija —Y corría hacia mí, se lo veía asustado, las flores comenzaron a ponerse marchitas, el cielo estaba más oscuro y mi papi no podía llegar donde estaba yo, como si hubiera algo que no lo dejaba cruzar y gritaba arrodillado asustado
—Amanda hija, por favor no, no le hagas daño, déjala Roberto, no la toques
—Mi papá nombro a mi tío, ¿pero por qué? Papi dime ¿Qué pasa? Papi —Entonces vi una sombra enorme y cuando me di vuelta estaba mi tío atrás mío mirándome con esa mirada malévola
—Hola, primor, ven acá, ven a jugar conmigo princesita —retrocedí asustada y más escuchando a mi papi
—Roberto por Dios no la toques, es una niña déjala, noooo por favor
Sentí unos fuertes brazos, alzarme y agarrarme por mi cintura cargándome, mi papi estaba muy asustado, arrodillado, llorando y gritando
—Roberto hermano noooo, ya tienes a mi mujer, deja a mi hija, no la toques por favor
Mi tío caminaba conmigo en brazos carcajeándose y yo muy asustada, no sabía qué estaba pasando cuando solo vi oscuridad y escuchaba jadeos y mi cuerpito de nuevo me dolía, pero ahora era más que antes, traté de abrir los ojos y no podía algo me impedía, pero seguía escuchando a mi papá gritar cuando pude abrir los ojos
Sentí que mi cuerpo me dolía horrible y los ojos verdes de mi tío mirándome, estaba encima de mi cuerpo aplastándome moviéndose, no sé qué era lo que me hacía, pero me dolía horrible allá abajo, sentía que me partían en dos, reaccioné y comencé a tratar de patalear, pero no podía era muy pesado y muy grande pero comencé a gritar
—Tío me duele mucho, ¿qué me haces? Duele mucho, déjame tío, noooo
Pero lo escuché decir palabras feas y jadear como si estuviera cansado
—Síii, así primor, que apretadita estas, qué rica princesita — me dolía y vi mis piernas abiertas que me dolían y yo grité del dolor que sentía cuando sentí que me aplasto más temblando su cuerpo, se fue levantando muy despacio y se quedó parado observándome y dijo
—Primor chiquito por estas lindas caricias que te doy es que te duele tu cuerpito, jajajaja y porque tu papito me vio es que está muerto jajajaja
Cuando me vi mi cuerpo había sangre que salía de mi cosita y lo que mi tío tenía colgando entre sus piernas era grandote y goteaba una cosa blanca y sangre por eso me lastimo y todavía se reía pero le pregunte llorando
—¿Tú… mataste a mi papá? —Se acercó a mí riéndose y contesto
—No debía saber, no debía ver, pero no… al señorito se le antojó regresar temprano y me vio acariciándote jajaja y cuando me reclamo soy más grande y Jhon era como una mujercita muy débil y pues no pudo conmigo, jajajaja
Escuche gritar a mi mamá —¡Roberto mataste a Jhon!… era tu hermano por Dios y me engañaste, comencé a amarte, creí que a Él lo asaltaron… todo fue… una mentira tuya, mataste a mi esposo, amaba a Jhon lo amaba como a nadie, ¡eres un malditoooo!
CAPÍTULO 3
Comenzó mi mamá a pegarle cuando se dio cuenta de que estaba desnudo y miro hacia la cama, me vio sangrando y desnuda grito como loca
—Mi hija… ¡violaste a mi hija!… eres un maldito desgraciado es una niña, malditoooo
—Cállate zorra maldita, bien que disfrutaste conmigo follando, puta de mierda —Esas palabras eran horribles, me dio mareos feos, me senté para mirarlos pelear, mi tío le dio una cachetada a mi mamá que la hizo sangrar por la boca y vino hacia mí a tocarme allá abajo y le grito
—Esta cosita es rica y apretada, tu marido me vio haciéndolo con Amanda y me quiso golpear, pero soy más fuerte y lo maté a golpes, como disfrute matándolo, Él siempre Él tenía todo a ti, una mujer hermosa, un buen trabajo una buena casa y yo por más que quería no tenía nada
Yo lo escuchaba hablando y me di cuenta, mi tío mato a mi papá, mi papá quería defenderme de Él porque me hacía daño, mi mamá entonces se levantó a gritarle
—¡Maldito seas! Yo te creí yo… te amé, pero eres un… asesino, un violador, Dios mío, he estado viviendo con el asesino de mi esposo, con el violador de mi hija, como te odio, ahora quiero verte muerto maldito malnacido
Mi tío se dio la vuelta y la agarro por el cuello, la aprisiono contra la pared y algo le hacía que ella gritaba, yo solo veía que empujaba para adelante y le gritaba
—Bien que te gusta mi polla maldita, disfrútala, no te hagas, te gusta que te folle así de duro zorrita, goza puta de mierda
Mi mamá gritaba diciendo —¡Déjame!, no quiero, te odio, maldito, asesino, violador
Mi tío comenzó a golpearle la cabeza a mi mamá eso me asusto y grité muy fuerte
—Valiente, ayúdame por favor, Valiente, está matando a mi mamá
Se vio una enorme sombra en la ventana y Valiente entro a mi cuarto, pero pasó algo raro, creció más del doble y mi tío al verlo soltó a mi mamá porque miraba a mi amigo Valiente asustado cuando lo atacó con sus garras, lo hirió bastante, pero avanzo a salir corriendo de la habitación y Valiente detrás de Él.
Mi mamá vino a abrazarme llorando, cuando se escuchó un disparo proveniente de la habitación de mi mamá, con susto vimos a mi tío entrar por el umbral de la puerta ensangrentado y con una pistola en la mano y dijo enojado
—Maldito pájaro, lo maté y ustedes se van a quedar conmigo para disfrutarlas mierda, yo mando aquí
Al escucharlos nos asustamos las dos, nos pusimos a temblar, nos apuntaba con esa arma, cuando asomo de repente Valiente con un ala con sangre, pero se le abalanzó encima a picotearle el cuello y agarrado con sus garras de la espalda de Él, resonó dos disparos y sentí que algo caliente tenía en el pecho y caía algo líquido en mi pecho me miré y tenía un gran agujero en mi pechito y sangre salía por ahí
Miré a mi mama, estaba con los ojos abiertos con lágrimas y cayó frente a mí con un agujero en la espalda y la sangre salía a borbotones por ese agujero, la moví y estaba muy quieta, le puse mi dedo en su nariz y no respiraba me asusté
—Mami, mami, ¿qué te pasa mami? —entonces vi a mi papá parado al pie de la cama mirándome muy tranquilo, se acercó a mi mamá tomo su mano y vi una cosa transparente igual a ella saliendo de su cuerpo y se paró al lado de mi papá sonriente ya sin dolor, sin golpes
Los miré muy feliz, pero mi pecho me dolía feo, todos miramos donde estaba mi tío peleando con Valiente estaba ensangrentado gritando
—Maldito pájaro, te voy a matar —entonces Valiente lo empujo contra la pared golpeándolo y camino para atrás convirtiéndose en la Muerte y dijo con furia señalándolo
—Tú has cometido el peor de los pecados, así que debes pagar y no descansarás jamás, sufrirás por toda la eternidad —Señalo algo en el suelo que se abrió y se vieron llamas saliendo, asomó un monstruo horrible descarnado con cuernos que se carcajeó horrible, agarro a mi tío que empezó a gritar muy asustado
—Noooo, por favor, noooo, auxiliooo, perdóname, Amanda, perdónenme, noooo
Desapareció llevándolo al infierno para que sufra por siempre. La Muerte volteó observándonos con sus cuencas vacías, pero sonrió a mis papás camino hasta donde estaba yo, se sentó a mi lado y me dijo muy tranquilo
—Abrázame princesita para que ya des el último paso y vayas con tus padres para que sean felices por siempre, ellos te están esperando mi niña amada
Observe a la Muerte y se convirtió en Valiente, lo abracé y cerré mis ojitos, al abrirlos estaba parada al lado de mis papis y miré a la cama, estaba Valiente abrazándome, después me soltó y vino hacia nosotros, se apegó a mí y dijo con una voz muy dulce
—Te quiero mucho Amanda, jamás te olvidaré, cuando me den permiso te visitaré en el paraíso
—También te quiero mucho Valiente, gracias por defenderme siempre serás para mí “EL CONFIDENTE DE MI INOCENCIA”
EL FINAL
La familia ahora ya eran felices, estaban juntos muy unidos, sin dolor, sin tormento, solo existían ahora para ser muy felices.
Después de unos momentos por unas llamadas telefónicas de los vecinos, la policía vino a investigar los disparos en esa casa, llevándose la sorpresa de ver esa sangrienta escena de muerte, sin saber los motivos en esos momentos
Pero cuando investigaron descubrieron que la niña había sido sodomizada y ultrajada, la madre violada y asesinada con un disparo en la espalda y encontraron rastros de sangre de la niña en el pene del tío, descubriendo que era el violador de las dos mujeres y no sabían bien como fue la muerte de Roberto, pues las heridas como garras no coincidían con ningún animal conocido, tenía heridas de picotazos en el cuello y en los pies tenía quemaduras que no sabían en donde se las hizo porque ni en la casa ni en ningún lado había signos de fuego
Lo que el pueblo opinaba era que era una familia muy feliz hasta que llego a vivir allí “EL TÍO”, pero después de un tiempo se veía volar encima de la casa un pájaro enorme parecido a una lechuza, pero después de lo que pasó con la familia nunca más la volvieron a ver
Amanda tuvo a su lado a su gran amigo y confidente llamado Valiente, que al final la hizo feliz reuniéndola con su padre que la amaba tanto, después con su madre y ella al último, en el paraíso siempre se escucha una vez al año un grito de júbilo
—Valiente, bienvenido al paraíso
FIN
Recomendado2 recomendaciones
Fascinante relato
Atrapante, no pude dejar de leerla hasta el final.
Construiste un escenario desde el principio. Gran trabajo. Lo que le resta calidad a la historia es el desorden de estilo.
Esto lo escribí a los 12 años de edad, la subí solo corrigiendo ortografía, sin embargo, tienes razón en lo del estilo