El camino de los agricultores rumbo al Norte.


La agricultura mesoamericana tuvo su origen a lo largo de las sierras donde diferentes valles semidesérticos reunieron las condiciones adecuadas para poder alimentar a una gran población en intervalos de tiempos largos, esto dio pie a que fuesen experimentando a lo largo de generaciones por medio de la selección natural especímenes que daban un mayor volumen de alimento y poco a poco se fueron convirtiendo en pobladores sedentarios. Poco a poco, a través de las primigenias redes comerciales tribales se fueron esparciendo los conocimientos de la siembra del maíz, el frijol, la calabaza, el chile, entre otras especies que podían cultivarse sabiendo sus ciclos, adaptándose a diferentes ecosistemas y expandiendo el modo de vida aldeano junto con su modelo de organización social basado en jefaturas políticas vinculadas a la religión, llegando hasta la línea imaginaria del Trópico de Cáncer y sus amplias zonas de clima desértico. Por los vestigios encontrados, se han identificado dos tradiciones que expandieron la civilización mesoamericana, la primera conocida como la Tradición del Golfo vinculada posiblemente con el núcleo agrícola de la Sierra de Tamaulipas y que coloniza la zona subtropical de San Luis Potosí hasta llegar a la Sierra Madre, la otra es la Tradición Chupícuaro que se consolida en el Bajío y se sigue al noroeste.
Por la falta de investigaciones en la región, no se sabe si la tradición de la Sierra de Tamaulipas vinculada con hallazgos como la Cueva de la Perra se trata de un núcleo independiente al de Tehuacán o Tlacolula o si hasta allá fue de los primeros sitios a donde llegaron los agricultores, pero lo que si coincide es con los limites ecológicos señalados por el Trópico de Cáncer donde más arriba de aquella referencia empiezan a escasear las lluvias para dar lugar a ecosistemas áridos los cuales no pueden sostener la vida sedentaria. La topografía de San Luis Potosí nos marca tres regiones diferenciadas, la Huasteca en la parte baja de clima tropical, Rio Verde en la parte intermedia donde encontramos condiciones semiáridas, pero con cuerpos de agua suficientes para la agricultura, por último, tenemos el Gran Tunal con condiciones desérticas y donde ya no es posible tener grandes cultivos, región que comparte con Zacatecas y que fue el hogar de las tribus nómadas. Hacia el 500 a.C. vamos a encontrar las primeras aldeas agrícolas tanto en el centro-sur de Tamaulipas como en Rio Verde, teniendo como elemento articulador a la Huasteca que fue también un foco de influencia cultural, permitiendo el flujo de este pueblo continuase rumbo a la Sierra Gorda queretana y se formasen las poco estudiadas redes comerciales entre el Golfo y Occidente a través de los caminos de la sierra.
El éxito derivado de la expansión del modo de vida aldeano en Rio Verde dio pie a que la gran potencia mesoamericana fijase su atención en la región, Teotihuacan, por lo que vemos una mayor proliferación de la influencia huasteca de la mano con la teotihuacana como resultado de la gran actividad comercial entre los años 250 al 500 d.C. incluso se han encontrado en algunas ofrendas pipas tubulares del sureste de EU y podría indicarnos un posible contacto con la civilización del Mississippi. De los años 500 al 700 d.C. Rio Verde tendrá su etapa de mayor esplendor con la proliferación de centros ceremoniales con edificios religiosos circulares integrando en su trazado las canchas de juego de pelota, un elemento en común con las tradiciones culturales fronterizas como los guachimontones de Occidente o los sitios de la sierra de Sinaloa, siendo uno de los sitios más grandes San Rafael en San Luis Potosí. Pero uno de los sitios de importancia religiosa en la región vamos a tener al Lago de la Media Luna, un sitio muy importante para la arqueología subacuática donde se han encontrado importantes ofrendas por parte tanto de los pueblos de la tradición Rio Verde, de los grupos filiación huasteca e incluso de presencia de las tribus nómadas.
La Sierra Gorda tiene importantes atractivos que hicieron posible el asentamiento de grupos mesoamericanos, desde la diversidad de sus ecosistemas que van de bosques y selvas bajas alimentadas por sus numerosos ríos, la facilidad de su defensa otorgada por su complicada orografía y sobre todo los minerales como el cinabrio que fue un elemento importante para la parafernalia religiosa mesoamericana. La demanda por la adquisición del cinabrio por parte de las elites político-religiosas dio pie al nacimiento de la incipiente minería mesoamericana, que abre las primeras redes de yacimientos como los de la región del Soyatal donde encontramos tanto evidencias de mazos y mangos para cavar galerías de diferentes tamaños, esto hizo que los pueblos del centro de Veracruz se mantuviesen muy ligados con los pueblos de la Sierra Gorda como se manifiesta tanto con la presencia de la cerámica de Rio Verde como de los yugos y palmas de piedra del Clásico veracruzano relacionados con el juego de pelota. Los primeros fechamientos de la explotación de las minas nos dan desde los años 15 al 540 d.C., pero fue en el Clásico donde sedaría su periodo de esplendor cuando la actividad comercial minera hizo posible la construcción de ciudades-estado fortificadas en las cimas de los cerros para facilitar su protección.
Arqueológicamente, la región cultural de la Sierra Gorda se puede dividir en tres, la primera es llamada simplemente la “Sierra” y se caracteriza por la presencia de estas acrópolis en lugares de difícil acceso como el muy conocido binomio de Ranas y Toluquilla, Los Moctezumas, El Doctor, El Durazno, entre otros. Pegado a San Luis Potosí, tenemos una mayor influencia de Rio Verde dejando asentamientos dedicados a la explotación del tepetate, arcillas y la extracción de pigmentos como el almagre como Concá, Purísima, Arroyo Seco, El Carrizal, entre otros, por último tenemos una subárea de influencia huasteca donde vemos los patrones culturales básicos como vemos en sitios como Tancoyol, Tancamá, La Campana y Agua Zarca, siendo los dos primeros donde vemos el arraigo de sus nombres huastecos. Falta mucho trabajo por realizar en cuanto a la investigación de la región, de momento tenemos que esta influencia del Golfo llega hasta Xichú en la actual Guanajuato, por lo que no sabemos los alcances reales que tuvieron las regiones de Rio Verde y la Sierra Gorda en las relaciones geopolíticas de los estados huastecos e incluso no se descarta la influencia de metrópolis como El Tajín por la presencia de las palmas y yugos de piedra.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura.
Federico Flores Pérez.
Bibliografía: Beatriz Braniff. La colonización mesoamericana en la Gran Chichimeca. La tradición del Golfo y la tradición Chupícuaro-Tolteca, del libro La Gran Chichimeca. El lugar de las rocas secas.
Imagen:
Izquierda: Tres figurillas antropomorfas de cerámica prehispánica, Rio Verde, San Luis Potosi, 600-900 d.C. Foto de 1935.
Derecha: Basamento piramidal de Ranas, Queretaro, Clasico. Fuente: https://www.escapadah.com/destinos/2022/6/6/ranas-de-san-joaquin-la-oculta-zona-arqueologica-enclavada-en-la-sierra-gorda-2648.html


[…] Para saber más: https://www.arthii.com/el-camino-de-los-agricultores-rumbo-al-norte/ […]