Detrás del poema
Detrás del poema se mecía,
atrapada quizás o libre también,
solo se dejaba llevar por la rima.
Cerrando los ojos sentía el presente,
el aire que traspasaba el cuerpo hasta la mente
y del alma le brotaban los versos,
irradiando en ella colores perpetuos.
Previamente recordaba al viejo corazón roto
que antes de cerrar los ojos se encontraba,
necesitaba calma para convertirse en esencia,
esa esencia que está detrás del poema.
En ella estaba el poder de transmutarlo
de cambiarle el final aunque pareciera predestinado …