“Demonios en la cama” (Parte 1)
Poco a poco, fui cayendo, hasta este sitio llegar…
En el mundo de las sombras, jamás yo pensé habitar.
Hoy sé cómo me deshice a mí mismo, al proceder…
Y aunque ahora me lamente, es muy tarde a mi entender.
Solo faltaba una cosa para la boda efectuar.
La mujer que más he amado merecía mi soñar.
Al recaudar el dinero, ni un instante vacilamos;
inmediatamente fuimos a la tienda y la compramos…
Con suavidad, tentadora…pero a la vez, necesaria.
Llevámosla a la casita. Era, del gozo, emisaria.
Nos casamos a los días. Fue bendecida la boda.
El amor que ella me daba, saciaba mi vida toda.
Humildes, pero dichosos…de querernos a esa altura.
Lo que viniera, en batalla, no sería cosa dura.
Todo fue una maravilla. Crecía a diario, la llama.
Besábamos nuestras bocas en aquella hermosa Cama.
Aunque no era el solo sitio, sí fue altar de romanceos;
generalmente, en su espacio, saciamos nuestros deseos.
Inicié mi lucha, entonces, como esposo responsable,
procurando economía con ansiedad inefable.
Pero, los días aquellos, impusieron mi derrota
y el invento no fue poco…caímos en bancarrota.
En las noches más frustradas solo quedaba mi esposa,
que era el motivo sobrante de ver mi fe victoriosa.
Recuerdo llegó una Musa cuando observaba mi cama.
Inspiración poderosa de mi cerebro fue dama:
– “¡Un spot publicitario, llevaremos al mercado!…
No estudié, por gusto, tanto…ni en vano yo me he esforzado.”
La cama me dio una imagen que en la cámara encerré
y a una agencia de este inmueble, al otro día llevé.
Y por aquel comercial yo fui muy beneficiado…
porque trabajo inmediato, al final, hube logrado.
Agradecile a la vida, a mi cama tan costosa,
por abrirme así las puertas de manera ventajosa.
La situación tan carente archivose en una historia
y la falta de recursos, a los meses, fue memoria.
Compramos una mansión, renovamos cada objeto;
pero la cama, en recuerdo, simbolizó mi secreto.
Solo ella perduró…Tal vez…agradecimiento…
Por convertir en dinero mi humilde conocimiento.
Entonces, manifestó, su poder, aquel demonio;
el primero, estoy seguro, que afectó mi matrimonio…
CONTINUARÁ…
