Décima: La espinela.

En su definición clásica, esta variante estrófica de la décima puede tener como base dos redondillas enlazadas por dos versos puente, uno sirve de vínculo con la primera redondilla y el otro con la segunda (4+2+4). Tradicionalmente emplea el verso octosílabo, con cuatro rimas consonantes de fórmula fija:abba-ac-cddc, y debe poseer una pausa en el cuarto verso. Hay otra formas de armar una espinela:sumado una redondilla y un sextillo (4+6):abba-ac-cddc. También se puede concebir como una sucesión de pareados con el primer verso rimado con tercero, y último con antepenúltimo (1+2+2+2+2+1):a bb aa cc dd c; a Asimismo, se arma mediante la unión de dos quintillas (5+5), respetando o no la pausa de cuatro verso, pero deben mantenerse las cuatro rimas típicas de las estructura de la espinela:abba-ac-cddc; por esta vía pueden aparecer numerosas irregularidades en la espinela, sobre todo cuando se mantiene la quintilla y no se atiene a la pausa del cuarto verso, lo que la acerca mucho a variantes de la copla real o doble quintilla. Se hace una fuerza a la pausa obligatoria del cuarto verso, cuando se invierte la fórmula 4+6 para propiciar, con muchas frecuencias, una décima invertida de 6+4, con identidades de números de rimas y otras disposiciones espinelianas.

Se le llama décima espinela por, impropiamente, habérsele atribuido su invención a Vicente Martínez Espinel en verdad fue un cultor de una variante que ya existía antes que el, pero a la que el gran poeta rondeño benefició con mayor números de usos dentro de Diversas rimas (1591), libro que exponía una suerte de reunión antológica de la inmensa mayoría de los metros y estrofas usados en el siglo XVI. De allí la tomo López de Vega, quién fue unos de sus difusores principales y el que ayudó a fijar el término espinela, propuesto ya antes de que el lo usara, sobre 1624, por un amigo (1608) y un sobrino (1617) del maestro Espinel. También se le llama décima clásica, porque su uso se tornó mayoritario y por ello marca la pauta de las estrofas de diez versos. Tuvo un éxito rotundo en el Siglo de Oro, se convirtió en una estrofa barroca de gran preferencia desde el cultivo de Lope de Vega, Góngora, Cervantes, Quevedo y casi todos sus coetáneos,para pasar luego por Calderón de la Barca hasta Sor Juana Inés de la Cruz, con gradual incorporación a la poesía popular.

Dada la importancia de la décima en la poesía oral y escrita de la lengua española, por su evidente valor de puente cultural y tradición de vigencia renovada en casi toda la América Latina, se ofrecen a continuación 2 ejemplos tomados de sus dos vertientes compositivas:

*¿Donde huir? Tibio vacío,

ingrávida somnolencia

retiene aquí mi presencia,

toda moroso albedrío.

En este salón tan frío,

reino del tiempo tirano,

¿ de que nos sirvió el verano

oh ruiseñor de la nieve,

si solo un orbe tan breve

ciñe al soñador en vano?

Luis Cernuda( español 1902-1963)

*Es todo lo que me queda

de tí: verdad sin verdad;

una como suavidad

de seda, pero sin seda;

aroma de rosaleda

sin más presencia que aroma;

donaire de la paloma,

pero no más que donaire;

niño pintando en el aire

hablándome sin idioma.

Jesús Orta Ruíz, El indio Naborí.

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