Calumnia 

calumnia 5

Capítulo 5

Al otro día el rumor del pueblo llegó a Esteban que acaba de llegar a su casa casado con una jovencita muy simpática.

—¿Cómo dices?— dijo alarmado— pero ¿Cuándo sucedió eso?

—Anoche, la joven no aguantó la persecución del pueblo. La humillaban, la maltrataban…—decía la voz a través de la línea telefónica.

—Pero, Norsy no fue capaz de detener aquello… no sé… llamar a nuestros padres— dijo Esteban ignorante de todo.

La persona de la otra línea carraspeó su garganta.

—Lo siento Esteban, pero la causante de todo fue tu hermana Norsy— dijo la voz a través del teléfono.

Esteban quedó paralizado al oír aquello. Era grotesco que su hermanita fuera capaz de hacer algo tan aberrante.

— Eso es imposible, ellas son muy amigas…

La persona de la línea rio a carcajadas.

—¡Eran! — dijo la voz – Rosalba le quitó el novio y se acostó con él y la pobre chica sólo quería una pequeña venganza, pero la otra no aguanto con…

Esteban arrojó el teléfono y lo estrelló contra el piso. Norsy nunca había sido novia de Enrique por lo tanto todo aquello solo eran mentiras. Eso le dolió aún más.

—No, no— gritaba él desesperado por el dolor— ella solo es una niña.

Rosalba se había suicidado por culpa de Enrique y de su hermana Norsy.

Estrelló todo lo que se atravesaba en su camino.

—Ella no— decía en medio del llanto— ella no.

Norsy al oír aquel escándalo bajó de su habitación a la sala de la casa.

—¿Qué pasa?— y al ver a su adorado hermano corrió abrazarlo, pero esté la rechazó con brusquedad.

Ella lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa?— volvió a preguntar.

—¡Ya puedes estar feliz y atrapar a Enrique! — dijo Esteban entre llanto.

—¿Qué?— dijo ella con un nudo en la garganta— ¿Qué es lo que pasa?

—Lograste lo que tanto querías, solo que te tomó un mes más— dijo mientras limpiaba las lágrimas del rostro— jamás imaginé que fueras tan ruin y mala persona.

Esteban comenzó a salir de la sala y ella lo agarró por la manga de la camisa.

—No quiero que vayas a su cumpleaños— dijo Norsy sin saber aún la noticia.

Él sonrió de medio lado y sus ojos se templaron como el acero.

—No Norsy, no voy al cumpleaños de tu amiga Rosalba…— suspiro derrotado— voy a su sepelio. Gracias a ti y a tu afán por quitarle el amor, ella se suicidó.

Norsy sintió que el suelo se abrió en sus pies y que caía en un profundo pozo oscuro y frío. Las manos le temblaron cuando se las llevó a la boca para ahogar el grito de horror.

—¡Muerta! — dijo en medio de las lágrimas— yo no quiero que esté muerta.

Rápidamente subió a su habitación y cuando sacó una blusa para alistarse para ir a ver a su amiga, un álbum cayó a sus pies y este se abrió.

Las imágenes de dos amigas que se abrazaban y que reían con alegría.

—Dios, ¿Qué he hecho?— dijo en medio de lágrimas— soy una asesina. Lloro amargamente por un buen rato— amiga yo no quería hacerte esto. ¿Qué me pasó? ¿cuándo me volví tan perversa y cruel?

Lloro y lloro.

Esteban y Enrique se hicieron cargo de todo.

Ana estaba cada vez más enferma y débil.

—Gracias chicos— dijo con voz débil.

—Lamento haber causado todo este daño— dijo Enrique apesadumbrado y con el corazón roto— me aleje de ella para evitar que la siguieran lastimando.

—Lo sé cariño. También sé que siempre la respetaste y que jamás fue una cualquiera como lo dice el pueblo.

Esteban con las mejillas rojas por la vergüenza.

—Lo siento tanto, señora Ana— suspiró triste— pero la causante de todo este daño es Norsy y de alguna manera va a pagar— dijo convencido de conseguirle un castigo ejemplar.

—No Esteban, ella misma se castigará— dijo Ana convencida. No había más carga pesada que la culpa y el remordimiento.

El sepelio de la bella jovencita se dio.

Fueron muchos los comentarios y cuando vieron a él joven novio tan derrotado comprendieron que todo aquello había sido una calumnia por una joven celosa y envidiosa.

Norsy se aisló y se encerró en su habitación.

El remordimiento y la culpa comenzaron a asediarla y asediarla noche tras noche. Las pesadillas la bañaban de sudor cada noche.

—Es mejor que vayas al médico— dijo en una ocasión la madre preocupada por la forma que estaba consumiendo su hija— eso ya quedó en el pasado, ya nadie recuerda tu mal proceder.

Norsy la miró con tristeza. Su madre siempre estaba pendiente de fiesta, maquillaje y ropa de lujo. Toda una Fashions.

—No pasa nada mamá— dijo con voz apagada.

Esteban la miró con tristeza. Las palabras de doña Ana llegaron a su mente. Y suspiro y se acercó a ella.

—Porque no vas donde doña Ana, está muy grave y …

—¡No! — gritó con horror— ella me odia, yo le maté a su única hija—. Dijo aterrada y temblorosa.

Esteban la miró y la veía mal.

—Vamos a la iglesia hoy domingo, te hará bien— dijo buscando una excusa para sacarla de la casa.

Rosalba llevaba un mes muerta y Norsy también.

Norsy lo escuchó con atención.

—Y ¿el sacerdote hablaría conmigo? — dijo ella nerviosa— ¿me ayudaría con mis pesadillas?

Esteban sonrió complacido.

—Claro, ve cámbiate y nos vamos y hablamos con el sacerdote.

Así que ambos hermanos marcharon a la casa cural.

El sacerdote la escuchó con tranquilidad y le dijo.

—Ve a mi patio y agarra una gallina— comenzó el sacerdote— luego subes al campanario y quitas una a una las plumas de la gallina, cada pluma es una de las acciones, palabras, gestos que tú le hiciste a tu amiga y cuando termines de desnudar a la gallina bajas.

La joven lo miró y le obedeció.

Así que con gallina en mano subió al campanario y comenzó su tarea. Cada pluma era una palabras, una acción, un gesto, cada pluma tenían un significado de la humillación que ella le había hecho a Rosalba. Cuando terminó bajó donde el sacerdote y le mostró la gallina aun viva, pero desnuda.

El sacerdote sonrió y la observó con tristeza.

—Ahora ve y recoge todas las plumas y vuélvelas a su lugar— dijo con voz apaciguada.

Norsy lo miró horrorizada.

—Jamás podré poner las plumas nuevamente en su lugar- dijo ella comprendiendo su acción contra su amiga.

—Eso mismo paso con la honorabilidad de Rosalba— dijo el sacerdote— por mucho que tú quieras, ella no volverá a vivir. Déjala descansar y asume tu responsabilidad de las acciones que tú misma ejerciste por voluntad propia.

Ella bajo el rostro avergonzada.

Ella había causado mucho daño a su mejor amiga y no había forma de repararlo.

—Ve a donde la madre de la joven y pídele su perdón y tal vez así sientas un poco menos la carga fuera de tus hombros.

Norsy salió apesadumbrada y aún más cargada. Por mucho que quisiera arreglar la situación lo hecho estaba hecho. Había acciones que por mucho arrepintiendo que ella tuviera, no cambiarían el resultado.

Ana al verla sonrió con dolor.

—Nor, no te castigues más— dijo la madre. Ella sabía que su hija no se había suicidado el médico lo comprobó. Estaba muy débil y no soporto aquellas dos pastillas para dormir, solo había sido dos pastillas.

—Señora Ana— balbuceó la joven— lo siento.

—Eres ahora como un espejo roto— dijo la mujer con debilidad— tu imagen esta toda distorsionada por las rajaduras del vidrio.

Norsy lloró.

—Me perdona señora Ana— dijo la joven.

—Te perdono en el nombre de mi amada hija Rosalba— la mujer sonrió a los pies de la cama— ¿Sabes que ella está aquí esperándome? Se ve tan hermosa y llena de paz — suspiro por última vez la mujer.

Norsy la miró con extrañeza.

—¡Ella está aquí!— dijo sin percatarse que Ana ya se había marchado con su hija — Rosalba perdóname, por favor perdóname. No quiero ser un espejo roto.

Norsy Comenzó a gritar alarmando a todos en el lugar.

— Rosalba perdóname, perdóname…

Norsy desde el día de la muerte de la señora Ana perdió la razón y comenzó a deambular por las calles y entre sus manos carga un espejo roto y se mira en él esperando un día arreglar su imagen descompuesta por los celos, la envidia y sobre todo por la calumnia.

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