Brindando con el ocaso:

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Después de perder tu amor

perdí todo, o casi todo,

perdí y no encontré el modo

para sanar ese dolor.

Ese fuego abrasador

me fue quitando el lazo

del deseo de tu abrazo,

cómo quién borra una raya

y fui a vagar en la playa

brindando con el ocaso.

Estaba la mar serena

la tarde se anochecía,

y cuando el ocaso caía

vagaba mi alma en pena.

Lloraba, y el llanto suena

tal silbato de payaso,

¿ Es que no me amo acaso?

Me pregunté mientras lloro,

te olvidaré de este modo

brindando con el ocaso.

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