Autobiografía Azul de los Paganos del Gris y la Sirena Amazónica Casi Rosácea (Estrella Azul hacia el Dragón) Parte 4


Spinetta nos habla Pt.2
El hechicero entra al bar Crisol con su Caín: Alameda. Hay personas de todos los países. El bar es grande, tiene dos patios y un gran salón. Hay humo de cigarrillos. Alameda ve la oscuridad y se siente a gusto. El Hechicero se siente desencajado, algo lo atrae, algo lo repele. El lugar es una resaca de las fiestas que ofrecía el semi-humano Dionisio. Las almas que son atraídas por el bar Crisol tienen entre 20 y 40 vidas.
Se sientan en una mesa con alemanas, se queja el hechicero de que tardan en traer el vino, se queja de que las bandas son malas, se queja de que esto y lo otro. La alemana le dice que vive en Argentina. Vos tenés que dejar de quejarte, yo te enseño. Se lo llevó al telo y le preguntó, ¿por qué viniste a este lugar?, el Hechicero responde para sacar el hastío, cruzar el mar, doscientos años. Ella resplandece y dice, sabía que tenía que estar con vos. Somos el vestigio del futuro. Hechicero se siente maravillado. El telo se llena de una luz de varios colores. Enseñáme si tu pene me hace sentir la indicada para esta era. Tienen sexo. Al hacerlo ambos ven un gran edificio con el nombre de Spinetta. Se lo dicen, y ella dice, no te ates a mí, no te apegues a mí, tenemos una misión, tenemos que seguir buscando los fragmentos signos del alma de Spinetta, a medida los encontremos sabremos por qué vinimos a esta tierra, sos un Reptiliano-Pleyadiano, yo también, somos dueños de la carne y la tecnología, aunque no lo sepas, yo te voy a enseñar.
Jotita se la llevó a su P.H. Empezaron a hablar cosas importantes…ella era un búho. Un búho rodeada de amarillo, pero carente de rubí.
Hablando con el perro humano planetario Pt.1
—Mirá Morito, te voy a hablar lo que sé hasta el momento de las llamas gemelas. Porque vos vas a reencarnar como ser humano y nos vas a ayudar con tu gran fortaleza, que te estamos dando mamá y yo ahora, en cuidar a los niños. Según creencias New Age, las llamas gemelas es una esencia que ni bien nace es dividida en dos, una esencia o un alma, algunos dicen esto o lo otro. Lo cierto es lo siguiente: las almas y las esencias no se dividen a la mitad. Cada esencia y alma es completa, es, escuchá bien, individual. Por eso somos individuos. ¿Fuimos divididos? Si, en el principio de la creación, si en algún caso estuviéramos divididos sería en que somos porciones de aquello. Nada más, Verde. Te cuento lo que sé y luego cómo lo supe, quizá nunca te lo dije pero toda verdadera reflexión es producto de un caminar por la vida, de experimentar, de ver, escuchar, recibir de lo externo, canalizar y utilizar tu yo interno. Las reflexiones van madurando con el tiempo gracias a la información. Y, Morocho, la información proviene de todas partes.
—La cosa es así. Las llamas gemelas existen y no existen, son seres enlazados en muchas vidas, que en algo decidieron con aquello. Compartieron tantas vidas que parecen iguales, pero es solo que básicamente estuvieron juntos siendo algo en casi todas sus vidas, parejas, amigos, amantes, etcétera. Suelen ser personas con las cuales errar sin miedo, es decir, poder errar con confianza de que no te destruirá. Hasta la armonía. Como la de Alcides y Marcial. Ya te contaré. Bueno, es lógico que esas dos almas o mejor, esencias, vivan diferentes experiencias, ¿por qué están unidos?
—La cosa es así según sé. Siempre quien nació ángel en su origen tiene un demonio como contrapartida. O si después de haber encarnado en cualquier planeta trabaja la quinta o la sexta dimensión muy activamente, tendrá su otro. Los que tienen misiones especiales, lo tendrán. Un ángel trabaja con la luz, un demonio con la oscuridad para crear realidades. Olvidáte de buenos y malos. Mami y yo somos ángeles de quinta. Tenemos nuestro Caín. Es que ella y yo aún no estamos en armonía con nuestros demonios amigos. ¿Cómo sé todo esto?
—Primero que en una sesión de regresión a vidas pasadas vi mucho a ese ser y me dijeron es tu llama gemela. Después leí y pregunté a Jofiel si era posible que se dividan las almas, encontré que no, me dijeron que no. Yo no tengo mucho para decirle a mi amigo demonio, solo dejarle un mensaje que sirva para la próxima vida, pero debo resguardarme de él, sin querer me desea el mal. No sé la de tu mami, pero ella tendrá que afrontarla pronto. Alcides es mi maestro de taichí, él tiene más vidas, y con Marcial ya ha logrado el equilibrio. Leyendo, estudiando, con revelaciones, supe todo esto que te estoy diciendo. Así que, cuando encarnes como humano, seguro crearás un enlace con alguien especial, quizá con una perrita amiga tuya, tranquilo, algún día estarán en paz. Ella y yo estaremos en armonía con esos demonios para cuidar a los niños. Tranqui, Verdoso.
Parte de constelación constelando
La única razón por la que iba a constelar era porque se llamaba Marcia. Quizá sí debía confirmar si venía de otras constelaciones. Según Joako a través de la técnica de conectar con el segundo rayo de la sabiduría, podía saber dónde había estado, y lo de que era Alción. Joako supo adivinar que era una estrella. Pero él debía confirmarlo.
Es que Marcia no estaba lejos de Marcial. Todavía se guiaba por señales.
Cuando llegó al frente de la casa, yendo en bici hasta la plaza Roca, que dicho sea de paso en el trayecto lo que más notó fue el brillo del sol, sintió un gran llamado a entrar. El frente le parecía sencillamente perfecto. Con los elefantes colgando al lado de la puerta. La mujer le abrió y le inspiró paz. La vio como un ser que tenía algo de rubí en ella.
—Hola Alcides, soy Marcia. Joako me dijo que venías, tranquilo, no me contó nada de vos.
Eso esperaba oír, porque si ella sabía era obvio que así no podía confirmar nada.
—Está bien, sentáte. A ver, ¿querés constelar tu pasado?
—Sí, solo te puedo orientar con las Pléyades.
La mujer empezó a bostezar. De repente en el lugar se vio la vía láctea, él la vio.
—Eras el ente de la estrella Alción. Viviste en las pléyades y fuiste evolucionado espiritualmente, mucho más que tus contemporáneos. Cansado de ese lugar decidiste ir a Sirio. Ahí Joako encarnó y te enseñó y les enseñó. Tenés más vidas, pero él es más sabio, porque tuvo mucha vida en Sirio, hablando con los ángeles y seres estelares. Vos decidiste dejar de ser una estrella muy rápido. Vos esparciste su legado, se fueron a Orión y luego juntos a la Tierra. Tienen una misión en común.
—¿Cuál?
—Eso tendrán que descubrirlo. Tenés el don de la tecnología con la austeridad del espíritu. Soy una reina pagana del gris.
—¿Qué es eso?
—Ah, Joako no te dijo. Entonces el viernes a las doce te espero para tomar un café en La Brava.
Alción se fue de ahí pensando, ¿y Alicia?
Una formación sin formar Gomorra
Los cristales del pajarito del niño interior que todos llevamos dentro del corazón estaba roto en Sol. En su espalda llevaba un agujero negro, en su pecho una nebulosa. No le creía a Fausto. Se vistió muy linda, se adornó, se perfumó, y fue a Candela.
Allí se sentó a esperar a que un hombre cualquiera la flirtease. Vio a un muchacho rubio, bajito pero hermoso, mirarla. Tenía una mirada de intriga estelar. Sintió que cuando lo miraba sus ojos eran las de un loco tan cuerdo que lo sabía todo. Alguien que sabía todo pero no lo recordaba. Estaba comprando unos bizcochos, pero se acercó. “Me voy a desquitar”, pensó ella.
—Hola, mujer.
—Eh…hola, me llamo Sol.
—Mujer, mi mujer también tuvo una época de crisis donde necesitaba verse bonita para atraer hombres, hablemos, quizá te ayudo a resolver tus problemas.
A Sol no le gustó esto, pero había una dulzura de miel en su voz. Igual se impuso.
—¿Y quién le dijo que yo quiero consejos?
—¿Y quién le dijo que le voy a dar consejos, señorita? Opinaré, preguntaré, comunicaré. Usted pocas veces en su vida fue escuchada.
Ella sintió estas palabras recomponer su pajarito, su niña bailó, y lloró, lloró de tristeza. Tanta soledad en silencio. La nebulosa empezó a hacerse un poco densa. El agujero negro se activó y se enlazó a la energía vital del muchacho.
—Me llamo Joako. Desea llorar.
Se quebró, ese chico era raro, pero lloró. El muchacho se sentó, comió un bizcocho, y empezó a silbar mientras ella lloraba. Parecía un canario. Era un canario. La melodía que construyó la hizo soltar muchos dolores, hasta que se calmó.
—¿Qué sucede, Sol, muchacha? ¿Problemas de pareja?
—Es que tengo una relación de poliamor con mi novio porque él necesita no atarse a nadie en lo carnal y lo hizo con una de mis mejores amigas.
—¡Ah! Resacas. ¿Qué opina usted del poliamor?
—Me da igual lo carnal, solo quiero que me abrace. Que duerma conmigo. Que sea bueno. No es que no sea así, pero… mi mejor amiga.
—Déjeme besarle la frente, niña.
Ella ni siquiera preguntó. Él hizo unos símbolos en el aire, se puso una piedra en la boca, cerró los ojos y le besó el tercer ojo.
Candela de repente había cambiado. El color verde de las paredes era violeta. La recepción y cocina tenía gente trabajando la cocaína, y se vendía alcohol y pastillas. Los empleados eran sátiros que reían y le tocaban el culo a las ninfas. Un cliente con cara de buitre pedía sexo a una de las empleadas y de repente se juntaron en la cocina y hacían cosas con ninfas que no debemos decir. Los clientes en las mesas se drogaban, se mezclaban, y hacían cosas que no deberíamos de decir. Vislumbró en el centro de la sala a Fausto, con nubes debajo de sus pies, caminaba en círculos y dejaba una lluvia de negro petróleo manchando todo y en su cabeza había una nube de rayos que lo atormentaban. Estaba sufriendo, veía lo mismo que ella, y su cara era de horror. Pero de repente este petróleo iba agarrando a los clientes y los empleados y los hacía brillar con una luz rubí. Lo último que vio fue lo perverso siendo iluminado y solo un ser que seguía igual, pedía a gritos la perdición y quería enceguecer a todos. Fausto le dijo que no enceguezca, y este ser oscuro, que resultó ser el caos no queriendo ser orden, dijo vayamos hacia la gran destrucción. Fausto se convirtió en ciudades e instituciones podridas, y fue dándoles un brillo y luego, luego terminó la visión. Todas las paredes eran verdes.
—¿Qué te parecieron las Visiones Conspiratorias de Gomorra?
—¿Eh?
—Lo que has visto solo hoy debe decirse. Yo estoy trabajando en un poemario digital llamado Visiones conspiratorias de Gomorra. Muestro cosas como las que viste. ¿Leíste la biblia?
—Sí —dijo Sol.
—De Gomorra jamás supimos sus pecados. Yo tuve que viajar viendo de la mano de Dionisio la gran perversión. Nada de la imaginación humana me es ajeno. Yo conozco lo más bajo que podemos ir. La Tierra conoce la oscuridad y late tratando de vivir con el sol. En cien años le terminaremos de dar una vuelta completa al sol Sirio y Sirio B, que se llama Maimonides. Sirio y Maimonides. Ahí entraremos en la era de Acuario. Será la época de la caída del imperio Romano, que gobierna los espíritus y las psiquis del rebaño y de la gente del pantano. Habrá un gran despertar. Los seres se sentirán divinos, conectados a la fuente, y reptarán con la sabiduría total de todo elemento de la Tierra. Pies sabios, cabeza sabia. Plenitud, equilibrio. Zeus y Poseidón armónicos. Rayo del amor primero, segundo el conocimiento, tercero poder. Eternidad que no juzga, es decir amor incondicional. Un nuevo imperio que la humanidad jamás tuvo y que será más grande que Atlantis y Alejandría. Los que llamamos dioses harán una guerra porque algunos quieren evitar nuestra gran, gran libertad. Saber usar bien el libre albedrío, ¿mientras tanto qué? Te pregunto.
—¿Qué?
Entendía todo lo que le decía. Los ojos de Joako eran un lago que lo sabe todo. Lo miró profundo, y eso que no le interesaba lo espiritual. Sintió algo de miedo, estaba ante un ser que ya lo había vivido todo y solo existía para esto, para esto que acababa de pasar. Era un kraken con tentáculos que te sacudían la percepción total.
—Que como muchos no quieren nuestra libertad, estamos viviendo esta distopía como sociedades. Piscis se está yendo y trae todo este desorden consigo. Pero tranquila, por el momento no traigas Gomorra al mundo. Dejá el poliamor. Te dejo mi tarjeta. Soy un druida y curo también con la sabiduría de los de Mu.
—¿Mu?
—Mucha info por hoy. Hablá con Fausto, no es malo. Me voy, mi mujer le gustan calientes los bizcochos, me va a retar, pero con dulzura. Sabe mi trabajo y misión. Ella te ayudará cuando quieras venir a una sesión. No te preocupes, yo no cobro. Necesito poco dinero y con un trabajo me alcanza para muchas cosas. Un abrazo de luz.
Sol se quedó deslumbrada. Su agujero negro había succionado a este ser, y ahora tendría pronto el potencial de algunas cosas de él.
Su nebulosa estaba cada vez más densa.
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