ACERCA DEL TIEMPO (I)

Antes del hombre no existía el concepto tiempo ni espacio, sólo la simple naturaleza «suspendida» en donde a la oscuridad le seguía la claridad, y así sucesivamente hasta nuestros días. Incluso con la aparición del hombre en su estado más primitivo y aún poco evolucionado no se tenían tales conceptos (categorías).  En un proceso evolutivo ese hombre empezó a distinguir, a diferenciar gradualmente esa claridad de la oscuridad y se dio cuenta que en la claridad veía y distinguía cosas, fenómenos de la naturaleza que la oscuridad ocultaba. Se dio cuenta que la claridad aparecía cuando un objeto circular de color rojo amarillento que él no sabía que era rojo ni amarillento, emergía siempre por un lado y que cuando se ocultaba lo hacía por el lado contrario y todo se oscurecía. Imaginemos esas dos situaciones aún sin el hombre primitivo y otra con él. No existía el pasado, el presente ni el futuro, simplemente la naturaleza con una inmensa potencialidad de conocimiento por descubrir.

Ese hombre necesitaba alimentarse, cobijarse, dormir, hacer cosas rutinarias para sobrevivir lo que en algún momento lo llevó a organizarse y empleó la claridad a la que llamó día para realizar sus actividades, ya que la única luz que tenía para ver las cosas y salir de casa para ir a pescar, cazar, recolectar frutos y no hacerse daño… era luz de esa bola de fuego que ahora llamamos sol, astro rey. Al final de la actividad productiva para su sustento y la de su familia se dio cuenta que en la oscuridad no se podía trabajar ni hacer cosas, y como estaba cansado, empleó la oscuridad, para descansar, dormir y le llamó noche.

Se dio cuenta que la noche seguía al día y así sucesivamente hasta nuestros días. Para entonces ese hombre ya había hecho muchas cosas y empezó a recordar que eso que había hecho había ocurrido hace varios días o varias noches o varias claridades o soles o lunas y que al día siguiente tenía que seguir haciendo, continuando así con lo que no pudo terminar la claridad pasada o el día anterior. Entonces se dio cuenta que había hecho cosas y que tenía que hacer otras. Fue cuando después de un largo proceso, a lo que había hecho le llamó atrás o pasado y lo que tenía que realizar adelante o futuro y a lo que hacía en el momento, presente. Se dio cuenta que para realizar una actividad tenía que trasladarse de un punto a otro y que esa bola de fuego que aparece por un lado se ocultaba por el lado opuesto, lo que le sirvió para determinar cuánto duraba la distancia para llegar de un punto a otro. Al salir de casa el sol emergía y cuando regresaba a comer era cuando el sol estaba en la cima o fenecía (merienda). Fue la primera forma de calcular el tiempo. Pero todo eso ya existía en la naturaleza y el hombre como integrante de ella y a través de su actividad productiva en la misma, de la observación y la experiencia las fue extrayendo gradualmente de sus entrañas en un largo proceso.

Ahora imaginen la naturaleza, el cosmos, sin presencia de ese hombre, sin animales, sólo la existencia de la materia, el tiempo y el espacio como forma de existencia de aquella. ¿Qué pasado había, qué presente, qué futuro? Ninguno. Simplemente la tierra, la naturaleza en su incesante devenir tras otro hasta nuestros días y más. Por eso el mundo es infinito en el espacio y eterno en el tiempo.

 Pero Hume, Kant y otros agnósticos, escépticos dudan que así sea, son los que han pensado y lo siguen haciendo de que el mundo y lo que hay en él no se puede conocer, niegan la experiencia, la observación, por lo tanto, la inducción, niegan el mundo objetivo… «La vida, la práctica cotidiana, nos convence de que el mundo tiene existencia objetiva, independientemente del hombre, de la conciencia, de sus sensaciones y deseos. Así lo prueba también la ciencia la cual ha demostrado que la tierra surgió mucho antes, millones de años antes de que apareciera el hombre y, en general los organismos vivos; por tanto, existió independientemente de ellos. El carácter objetivo del mundo, es decir, su existencia fuera e independientemente de la conciencia, significa que es material. Esta palabra no encierra ningún otro sentido».  Así es, la realidad objetiva, fue la que actuando repetidas veces sobre el cerebro de ese hombre primitivo desarrolló su conciencia, su entendimiento y le hizo posible, poco a poco, conocer y transformar la naturaleza para regresar esos conocimientos a la propia naturaleza y así de forma progresiva y hacia adelante construir un mundo, una sociedad cada vez más justa y un tipo de hombre diferente. Un mundo que no es posible construir bajo el sistema actual imperante, como tampoco lo fue el esclavista y el semifeudal que lo antecedieron.

D.E  16/03/2023

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