1. Un alma por otra alma

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Lilith se encontraba postrada en su cama, consumida por una enfermedad misteriosa, la debilidad la envolvía mientras sus hijos jugaban en la habitación contigua, ajenos al tormento que su madre vivía, su esposo, Matthew, se había marchado temprano a trabajar.

El cuerpo de Lilith se deterioraba rápidamente, resistiéndose a la lucha desesperada por mantenerse con vida, esos meses habían sido de profunda agonía, ese día, sus últimas palabras fueron un susurro agónico, apenas audible para ella misma, mientras su espíritu se desvanecía en la oscuridad, había muerto sola, sin despedirse de sus seres queridos.

El funeral de Lilith fue un evento sombrío y silencioso, Matthew lloraba en silencio, abrumado por la culpa y la tristeza que invadía su corazón, pero la sombra del engaño ya se cernía sobre él, la misma noche del sepelio, Matthew llevó a casa a una nueva chica llamada Evelyn, una mujer seductora y ambiciosa que no tenía idea de lo que le esperaba.

Evelyn, había planeado con astucia la lenta muerte de Lilith, irrumpió en la casa con una sonrisa despreocupada y una mirada llena de ambición al observar la lujosa villa, Lilith ajena a lo que en realidad había pasado, despertó en un lugar oscuro, regresó apresurada a casa, sus hijos la necesitaban.

Al llegar pudo darse cuenta de que sus pequeños no la veían, era como si no existiera, pero ella estaba ahí, ¿Qué demonios ocurría?

Con el corazón partido observó cómo el hombre que había jurado amarla hasta la eternidad reía con otra mujer mientras hablaban sobre su agonía como si fuera lo más natural del mundo, mientras las lágrimas bañaban su rostro, pudo ver a su esposo poseer a esa mujer con lujuria en la misma cama donde ella dormía.

Los días siguientes para Lilith fueron peores que los días que duró su agonía, Evelyn obligaba a sus pequeños hijos a llamarla mamá, mientras Matthew observaba y lo permitía.

Dos meses después, los ojos incrédulos de Evelyn se encontraron con la figura espectral de Lilith mientras ella la observaba desde la oscuridad, el demonio del inframundo, conocedor de la fragilidad humana, acudió a la presencia de Lilith y le ofreció un trato que podría cumplir su venganza.

“Te ofrezco una segunda oportunidad, Lilith”, susurró el demonio con una voz profunda y sibilante. “El alma de Evelyn a cambio de la tuya”.

La sed de venganza de Lilith ardió con fuerza y, sin dudarlo, aceptó el trato, el demonio cumplió su palabra y ayudó a Lilith a entrar en el cuerpo de Evelyn, intercambiando sus almas y llevando a cabo el macabro plan.

Convertida en Evelyn, Lilith se adentró en la vida de Matthew con un encanto irresistible, manipuló cada aspecto de su relación, haciéndole creer que estaba locamente enamorada de él, las palabras y los gestos cuidadosamente calculados hicieron que Matthew olvidara por completo a su difunta esposa, lo llevó al borde de la pasión, haciéndolo enloquecer de deseo, así logró que le pidiera matrimonio rápidamente.

“Te amo, Evelyn”, murmuraba Matthew mientras acariciaba suavemente el rostro de Lilith disfrazada. “Eres la mujer de mis sueños, la única madre que nuestros hijos necesitan”. Las palabras resonaban en los oídos de Lilith, alabando su éxito en el engaño y alimentando su sed de venganza.

La falsa Evelyn, ahora dueña de la fortuna y el poder de Matthew, sigilosamente llevaba a cabo un maquiavélico plan aconsejado por el demonio.

Poco a poco, fue envenenando a su amado esposo, tal y como él lo había hecho, recordando el sabor amargo de la traición y el sufrimiento que él mismo le había infligido, Matthew, inconsciente del destino que le esperaba, se desvanecía lentamente, presa de la misma agonía que había llevado a Lilith a la tumba.

Finalmente, Matthew murió, y Lilith quedó como una joven viuda, rodeada de riquezas y en compañía de sus hijos, la fortuna que una vez le perteneció a Matthew ahora estaba en manos de su vengativa y eternamente condenada esposa.

En el abismo del infierno, las almas del marido y su amante ardían en un fuego eterno, mientras el demonio observaba con satisfacción su triunfo malévolo.

Lilith, una vez más reunida con sus seres queridos, se regocijaba en su victoria, sabiendo que su venganza había sido cumplida, pero a un precio demasiado alto, su alma yacía manchada de oscuridad, condenada a la eternidad en el tormento del inframundo

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